Parecía que enero iba a ser tranquilo, pero parece que no nos quiere soltar la mano, como hace algunos años. Los cambios climatológicos, las altas temperaturas, los fuertes vientos y las tormentas eléctricas, nos siguen dañando.
Por estos días, cuando menos nos lo esperábamos, el cielo se cubrió, el viento se hizo intenso y los relámpagos iluminaron los cielos, para hacer rugir los truenos, que después dejaron caer una intensa lluvia tropical que daño gran parte de nuestra ciudad y, nuevamente, la variedad de la intensidad de la energía, cuando volvió, dejo a varios vecinos con la quema de varios artefactos domésticos, al cual yo no fui la excepción.
El mes de enero ya se ha vuelto un clásico en nuestra ciudad, donde siempre estamos atentos, con que nos va a desayunar. Mientras todos estamos pacientemente, tratando de que lleguen esos días de distención, para tomarnos unos días de vacaciones, nos sorprendía, como al resto de los argentinos, la muerte del fiscal Nisman.
Cosas que todavía seguimos de cerca y con una gran apatía de que el caso llegue a una resolución que conforme y deje tranquilo el ánimo de nuestros compatriotas, después de tanto manoseo de nuestra justicia y de seguir viendo aquellos que están sospechados de ciertos delitos que no se los pueda investigar.
Pero de eso ya hemos hablado demasiado y quisiera abocarme a lo que nos pasa en nuestra ciudad, ya que no solo tenemos un año muy político, sino que hay cosas que se van solucionando en cuestiones estructurales, pero hay otras que no se terminan de resolver.
Hay algo en la cual me gustaría centrar mi atención, ya que esto que le voy a comentar hace muchos años que viene pasando y no todos quisieron meterse con estos temas y, no le voy hablar de cuestiones de obras, sino de cuestiones gremiales.
Para mi mirada crítica, el tener tres gremios en una intendencia de 458 empleados es demasiado, pero lo ideal en la vida normal nunca es algo que podemos ver. Siempre nos debemos adecuar a lo que aquellos, que son los busca de oportunidades ante la representatividad de la gente toman esa ventaja de lo “legal” ante la constitución.
Y en esto debo ser claro, ante un año que es netamente político, porque aunque se quiera disfrazar, los reclamos de los agentes municipales algunos los mezclan con las coyunturas de la política partidaria y esta es la impresión que está dejando el gremio de la UOEM con Wincal Cal a la cabeza y Julio Díaz como acompañante, que dicho sea de paso hace mas de 10 años están disfrutando de licencia gremial con solo 45 afiliados en su gremio.
Los dos restantes, como lo son UPCN y ATE, tienen sus delegados por sector, pero cumplen horarios de trabajo, aunque podrían por estatuto pedir sus licencias gremiales. Esta situación del gremio de la UOEM, mantiene parada toda la negociación, que comenzó el 15 de enero aproximadamente, pero no es la primera vez.
Los demás gremios han dispuesto por asamblea poder acordar con el ejecutivo un acuerdo de $800 al básico, $300 de presentismo y una variante de 30% por categoría, pero el gremio en disidencia quiere $3.000 al básico, cosas que el ejecutivo municipal no está dispuesto a desembolsar, porque se le incrementaría el presupuesto salarial, algo que no podrían afrontar.
Les podría decir que hay mucha bronca en los demás gremios, porque la UOEM nunca ha querido sentarse en las mesas paritarias, desde que comenzó esta gestión y solo se maneja por nota o por carta documento, pero en esta oportunidad todos coinciden que se trata de una cuestión política partidaria, ya que los dos dirigentes gremiales de este gremio se los reconoce como activos militantes peronistas y que en esta oportunidad solo quieren embarrar la cancha, pero a costa de los empleados municipales.
Los comentarios son muchos por estos días y el ejecutivo ha puesto como consigna que si no firman los tres gremios en conformidad de lo acordado no se firmara ningún acuerdo, así que la pelota la tienen los gremios, pero la UOEM se mantiene intransigente y los otros dos no saben cómo hacerlos sentar a dialogar y llegar algún punto intermedio.
Enero se va terminando y los empleados esperan que sus dirigentes se pongan de acuerdo.
Solo les tiro algún número según los datos oficiales. UOEM tiene 45 afiliados, y es el que más líos están haciendo y no le laburaron un solo día a nadie sus gremialistas. UPCN posee 100 afiliados y ATE suma 70, sus gremialistas todos cumplen marcando tarjeta en el reloj de entrada a las siete de la mañana y los empleados municipales son 450.
Saque usted las conclusiones. Por un puñado de afiliados de un gremio, se les está negando un aumento al resto de la mayoría. No tienen vergüenza.
Un servidor, Charly Hernández.
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