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Opinión

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Otro golpe más a nuestra democracia

Un análisis a pocas horas de la muerte del fiscal Alberto Nisman, en una nueva columna de opinión.
Horacio Beascochea
Por Horacio Beascochea

Creo que es imposible no poder expresar algunas palabras y reflexiones con lo que nos desayunábamos los argentinos, que nos dejó estupefactos en la mañana del domingo 18 de este mes. La muerte del fiscal Alberto Nisman y todas las dudas e hipótesis alrededor de ella. La sensación realmente es horrible y los pensamientos no dejan de conjugar en medio de un bombardeo de comentarios de aquellos opositores y expertos que se veían venir un desenlace muy complicado con esta investigación que venía haciendo este hombre de la justicia.

Nisman venía al frente de esta investigación hace ocho años, que lo puso a cargo de este caso tan controvertido como es la voladura de la AMIA y con 85 muertos a causa del terrorismo internacional con asistencia de mano local. Las mayores dudas están dadas si fue un suicidio inducido porque estaba amenazado o si realmente lo mataron en la hipótesis de una conspiración de la interna que el gobierno venía manteniendo con los agentes de inteligencia (la SIDE) del estado. Recordemos que hace muy poco desplazaron al titular a cargo de esta secretaria poniéndolo en su lugar a Oscar Parrilli. Algunas voces dicen que “le echaron un muerto al gobierno”.

El fiscal se vuelve Europa de urgencia cuando tenía programado pasar sus vacaciones hasta el 23 de enero con su hija. Algunos dicen que una vez en Argentina fue amenazado con que le matarían a su hija. Esto mismo escuché en el gobierno de DE la Rúa cuando Chacho Alvarez, vice-presidente de la Nación por aquel entonces, de un día para el otro termina renunciando cuando dio a conocer las coimas en el Senado. Los mayores rumores eran que lo habían presionado con asesinarle a su familia, cosa que él nunca confirmó. Por eso digo que la sensación que nos invadió a los argentinos cuando nos enterábamos de esta muerte es que en este tiempo de democracia aquellos que están en el poder y se ocultan en la oscuridad, pueden lograr cualquiera de sus propósitos desde la impunidad.

Si alguna vez se pudiera llegar a la verdad de lo que ha pasado con este caso sería un acto de plena justicia. Hoy la ciudadanía reclama que realmente el estado democrático y republicano deje trabajar en plena libertad y en el uso de su autonomía a la justicia resorte, que dos por tres tratan de condicionarlo con presiones políticas desde el ejecutivo o desde el legislativo. El gobierno del los Kirchner siempre ha estado teñido de corrupción pero siempre se las ingeniado para que las cosas no hayan avanzado ante la justicia. A tal punto que tenemos un vicepresidente que por donde lo mires le salta algo trucho. Hoy no solo se pone en duda la institucionalidad de nuestra república sino que no somos creíbles para el mundo. Como creerle a una Presidenta que se la pasaba utilizando la cadena nacional para responderle cada vez que un medio la salía a criticar pero nunca tuvo palabras para los muertos de la tragedia de once y ante esta desgracia del fiscal saca una carta por Facebook como si fuera un adolescente hablando de su familia.

En esta última hora he tenido que escuchar y leer cada estupidez de los fanáticos del FpV de nuestra provincia hasta tratar esta situación comparándola con la muerte de Yabrán. Si usted se acuerda este hombre, empresario corrupto de la administración de Menen, dicen que se suicidó de un escopetazo cuando había sido cercado. Una muerte muy dudosa para un hombre con tanto poder. El fiscal Alberto Nisman había advertido en más de una oportunidad a su entorno y en los medios de comunicación lo que podría suceder con él después de que denunciara a la Presidenta por encubrimiento en la causa AMIA.

Sus últimas declaraciones insinuaban ya un final trágico para su vida. El dijo en una entrevista: “esté o no esté, las pruebas están”. Pero antes de presentar las pruebas ante el juez Ariel Lijo sobre un supuesto pacto entre el Gobierno para exonerar a los iraníes acusados por el atentado a la AMIA, el fiscal ya intuía que algo podía pasar y les escribió un mensaje a sus allegados. Esto es lo que les decía: “este es un mensaje de difusión masiva para un grupo de amigos y allegados que no siguen el día a día mi actividad. Es simplemente informativo, por favor no responder. Debí interrumpir intempestivamente mi viaje a Europa con mi hija. Imaginaran lo que eso significa, pero a veces en la vida los momentos no se eligen y si las cosas suceden es por algo. Esto que voy hacer ahora igual iba a ocurrir. Ya estaba decidido, hace tiempo que me vengo preparando para esto pero no me imaginaba tan pronto. Sería largo de explicar ahora, como ustedes ya saben, las cosas suceden y punto. Así es la vida. Lo demás es alegórico. Algunos sabrán de lo que estoy hablando, otros algo imaginaran y otros no tendrán idea. Hasta dentro de un rato. Me juego mucho más en esto. Todo, diría. Pero siempre tomé decisiones y hoy no va ser la excepción. Y lo hago convencido. Sé que no va a ser fácil. Todo lo contrario. Pero más temprano que tarde la verdad triunfara y me tengo mucha confianza. Haré todo lo que esté a mi alcance y más también, sin importar quien tenga enfrente. Gracias a todos. ¡Será justicia! Ah. Y claro, por si acaso no enloquecí ni nada parecido. Pese a todo estoy mejor que nunca”.

Esto es textual del mensaje que enviara el fiscal a sus allegados. Mientras estoy transcribiendo esto las autoridades judiciales están confirmando que no han encontrado pólvora en la mano del fiscal como para poder confirmar que el mismo se suicidó a través de las pericias y que había dejado una carta para su empleada para que le hiciera algunas compras para el lunes, cuando iba a declarar en la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados.

Esta situación nos lleva a los ciudadanos a profundizar la falta de credibilidad en la que viene cayendo hace mucho tiempo el extracto político cuando manipula el poder y se maneja con tal impunidad, a tal punto que nadie puede criticar nada ni investigar porque el mensaje es que o que terminás perseguido por los estamentos estatales, te dejan sin trabajo o terminás como Julio López o Alberto Nisman.

Espero que se pueda retomar los rumbos democráticos para no vivir con tanta inseguridad.
Esto le hace muy mal a nuestra república y al ánimo de los argentinos.

Un servidor. Charly Hernández

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