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Opinión

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Treinta años de democracia: los conflictos

La democracia no ha fracasado, solo las malas políticas de aquellos que juegan con ella como si les perteneciera exclusivamente.
Horacio Beascochea
Por Horacio Beascochea

Salí y di mil vueltas pensando como compartir lo que nos ha mantenido cautivos en estos últimos días a los argentinos con los saqueos y la violencia por la falta de efectivos policiales que estén patrullando las calles de nuestra república. 17 de las 23 provincias como en una escalada, las fuerzas policiales, se atrincheraron para que les reconocieran un aumento salarial. Y mientras algunas arreglan sus básicos y otras todavía no lo han hecho, tenemos ocho muertos, una gran cantidad de heridos y millones en pérdidas. Estos no registra antecedentes alguno aunque más de una vez las fuerzas se han manifestado en reclamos pero nunca desobedeciendo tan directamente a la plana mayor del escalafón de sus autoridades.

Que paradójico es lo que estamos viviendo en medio de sentimientos encontrados por estar recordando los 30 años de la vuelta a nuestra democracia este 10 de Diciembre. La historia nos muestra que por cada derecho que los argentinos tuvimos que conseguir siempre ha corrido sangre de la vida de nuestros conciudadanos. Lo lamentable de todo esto es que la pelea es contra nosotros mismos. La democracia no ha fracasado, solo las malas políticas de aquellos que juegan con ella como si les perteneciera exclusivamente.

Es innegable que pertenecemos a un gobierno popular pero que no ha cambiado nada estructuralmente. Con las últimas elecciones Cristina no le ha quedado otra que hacer cambios en su gabinete porque su popularidad va en una caída estrepitosa y los buitres revolotean queriendo ver esa caída. A ninguno de nosotros nos beneficia que este gobierno le vaya mal, todo lo contrario, queremos y rogamos que las cosas cambien, pero con cambios de nombres no se logra nada si es que no hay voluntad de cambios en materia económica y voluntad política para pensar en una Argentina hacia el futuro. Todos hacen sus cálculos mediatos y sobre lo que dura un mandato en la gobernabilidad, es decir por cuatro años, pero comprometemos nuestros recursos por más de treinta. Claro como para esa época ya no vamos a estar, que se jodan los que vienen y solo trabajan sobre lo coyuntural y así la estamos sufriendo.

No somos un país creíble para las inversiones industriales serias. Ni para afuera de nuestro país ni para adentro. Lo que antes vendíamos en materia de recursos no renovables hoy lo tenemos que comprar. Aún teniendo los recursos pero no los dineros para explotarlos y es por eso que debemos andar buscando inversores por todos lados y dándoles garantías demasiadas espectaculares para mi gusto. Este gobierno no ha podido controlar el índice inflacionario y nos ha mentidos en la cara con los últimos porcentajes con esos número del mundo maravilloso de Moreno. Aún así no han podido calmar el mercado bursátil y por ende el dólar es quien sigue marcando la realidad de una inflación que licua cualquier aumento de sueldo. No crea que por estos aumentos que se están dando a un sector de los empleados del estado como lo son la policía va a calmar el estado de ánimo de los demás sectores. Si no se logra parar la inflación el año que viene este sector estará en la misma condición que hasta ahora solo con la experiencia de saber que pueden presionar poniéndose de acuerdos para hacer un párate total de las fuerzas comprometiendo seriamente la gobernabilidad y la seguridad de las provincias como ya lo han demostrado.

Ah, pero esto se va poniendo cada vez mejor queridos amigos por que como escuché por ahí dentro de la dirigencia sindical “si hay plata para las fuerzas eso quiere decir que también tiene que haber para Salud y Educación”. En nuestra provincia tanto ATE como ATEN pretendían que se les adelantaran los acuerdos salariales logrados antes de este conflicto y que terminarían de pagarse recién en abril del año que viene, en tanto salud hace siete meses que viene reclamando una paritaria para mejorar su escalafón y las condiciones en las que tienen que trabajar y el gobierno no ha querido abrir una puerta de diálogo. Con todo lo que ha pasado los diferentes sectores agremiados ya se han planteado profundizar las medidas en sus reclamos.

Como pueden ver, lo que sucedió en Córdoba abrió la caja de Pandora sobre lo que los gobiernos provinciales y nacional venían pateando en todos este meses y jugando entre premios y castigos con los gobernadores y sus obsecuentes lealtades. La Presidenta se mantiene en una convalecencia no solamente de su salud sino de los duros reveces que las urnas le vienen dando y así como en otros hechos de gravedad institucional como lo fue la tragedia de Once mantiene silencio y sigue sacrificando a sus peones. Tengo varios amigos que viven Europa y me preguntan, por las noches, acerca de lo que pasa en nuestro país. Porque de afuera se mira con mucha preocupación lo que está sucediendo por estos días. Yo les digo que no todo es lo que parece, pero hay mucha intranquilidad en el hecho de esta disparidad de los que se siguen haciendo ricos en los cargos políticos y después pretenden que le creamos que vamos por un buen rumbo cuando ya no nos alcanza para pagar las cuentas.

Pero todavía se puede ver una clase media que se mantiene. Que no es la clase media que el gobierno nos muestra sino esa columna vertebral de nuestra república, la que se levanta cada día y le pone el hombro a las circunstancias, la que vive con un poquito más del promedio de una canasta básica familiar. Aquella familia que sale a buscar el mango cada día y no está pensando en delinquir. Aquella que todavía envía a sus hijos a los colegios públicos mientras los docentes no estén huelga y que quieren y exigen educación.

Los países Europeos están sufriendo una crisis parecida a la que se dio en el 30 y no la están pasando nada bien así como nosotros tenemos que competir con economías que más de una vez amenazan con nuestro sistema de vida pero así y todo la seguimos peleando. Yo tengo la dicha de permanecer en mi país y la crisis la vivo con mis conciudadanos recostándome sobre mis aprecios cuando me sobreviene el bajón sentimental. Debe ser muy difícil estar muy mal económicamente y muy lejos de casa, bajo otra idiosincrasia y cultura a la cual no pertenecés.

Hoy estamos festejando los 30 años de la vuelta a la democracia de los argentinos con ocho personas que han muerto por los saqueos de delincuentes que se aprovecharon de una circunstancia de reclamos que se podría haber solucionado mucho antes y que nos llevó a los argentinos a quedar en manos de estos personajes. Nos entregaron con moño y todo y hoy vivimos las consecuencias. Mientras escribo esta columna escucho a la Presidenta de nuestra nación dando menciones y reconocimientos mientras hay provincias en conflicto. Más tarde harán lo suyo los grupos musicales con sus invitados preferenciales como son los actores comprometidos con este gobierno y las Madres de Plaza de Mayo que ahora se les da por entrevistar a miembros del ejército nacional.

Un 10 de diciembre asumía el Dr. Raúl Alfonsín a la presidencia y nos traía la esperanza de recuperar nuestros derechos como argentinos. Esto sucedía hace 30 años. Un 10 de diciembre de hace dos años atrás asumía este gobierno municipal de Rincón de los Sauces el intendente Marcelo Rucci del MPN trayendo aires de cambios sobre el panorama desolador de malas políticas ejercidas en el gobierno anterior. No hubo ningún dirigente político de nuestra ciudad que emitiera ni siquiera un comunicado simplemente recordando como vivieron estos hechos de nuestra historia. Es realmente lamentable que lo que se inscribió en la historia de estos últimos 30 años y de lo que se forjando en nuestra localidad no haya tenido ni siquiera una mención. Esto también habla de la pobreza de nuestros políticos y de aquellos que se hacen llamar dirigentes y que se esconden detrás de alguna figura popular.

Perdemos al no recordar, perdemos al no revalorizar y al no tener en cuenta los que se está haciendo y de los que han hecho grande nuestra patria aunque no hayan sido del color político que profesamos.
Yo nací en tiempos de dictadura pero crecí en mi conciencia y entendimiento bajo esta democracia. Solo tenía 13 años cuando veía a la gente exultante salir a las calles gritando como si fuera el ganar un clásico. No entendía mucho del asunto pero mi curiosidad y mi interés en la lectura de la historia hizo en mí que pudiera poder respetar cada paso de nuestra historia. Equivocada o no, con sus aciertos y equivocaciones y es el día de hoy que llevo dos tercios de mi vida en democracia que más de una vez a sufrido atentados y se la ha malherido, pero todavía subsiste y es por eso que debemos seguirla protegiendo a través de respetar nuestras instituciones, como así las tres patas que la sostienen con una Corte independiente, con un Congreso que legisle y un Poder Ejecutivo que nos guíe tirando del mismo carro, los tres, para que realmente seamos una República Democrática y Federal con libertad e igualdad para todos nuestros ciudadanos.

Les dejo un abrazo como siempre.
Su humilde servidor. Charly Hernández

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