
Luego de cuatro jornadas de juicio el viernes 10 de junio al mediodía el tribunal integrado por Alejandro Cabral, Héctor Rimaro y Ana Malvido por unanimidad declaró responsable a A.B.S. de abusar sexualmente de su sobrina de 11 años en Rincón de los Sauces. En los próximos días se darán a conocer los fundamentos del veredicto y luego se realizarán las audiencias de determinación de la pena.
De esta forma, hicieron lugar a la acusación impulsada por el fiscal del caso Andrés Azar (foto, Fiscalía de Delitos Especiales). Durante su alegato de clausura, el representante del Ministerio Público Fiscal afirmó que los hechos ocurrieron en al menos cuatro oportunidades, entre febrero y octubre de 2015. Sucedieron cuando la víctima se quedaba a dormir en el domicilio que el imputado compartía con su pareja y su hija menor, de seis años.
"Aprovechando que la menor dormía en la parte inferior de una cama-cucheta, el imputado ingresaba en la habitación se acostaba junto a ella en y comenzaba a realizarle tocamientos", relató Azar.
El viernes 30 de octubre de 2015, la víctima se quedó a dormir en la casa del imputado. Aproximadamente a las 0.30 su pareja se despertó y no vio al acusado. Se dirigió al dormitorio que compartían su hija y su sobrina. Allí encontró a su concubino acostado en un colchón en el piso junto a su sobrina, mientras su hija de 6 años dormía.
Los hechos por los cuales A.B.S. fue condenado configuran el delito de abuso sexual gravemente ultrajante en concurso real con abuso sexual con acceso carnal agravado por la calidad de sujeto activo encargado de la guarda y por aprovechar la circunstancia de convivencia temporaria con una menor de 18 años (artículo 119 párrafos 1, 3 y 4 incisos b y f del Código Penal).
En la lectura del veredicto, Cabral sostuvo que el tribunal tuvo en cuenta, en primer lugar, el examen médico ginecológico, que dio cuenta que el abuso existió. En cuanto a la responsabilidad de A.B.S, “hemos tenido en cuenta la primera cámara Gesell”, dado que la segunda “a los efectos probatorios, no se puede tomar en cuenta porque consideramos que ha sido contaminada”.
Como querellantes intervinieron Silvia Acevedo, de la Defensoría de los Derechos de los Niños y Adolescentes, Marcelo Henriksen Velazco (querellante particular).
La defensa estuvo a cargo de Facundo Trova y Alejandro Bustamante.
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