La madrugada del domingo 5 de diciembre terminó con un efectivo policial herido de arma blanca y siete personas detenidas, tras una batalla campal con al menos tres familias involucradas. Todo se originó por una llamada a la Policía por ruidos molestos de vecinos de la calle Auca Mahuida y Rivadavia.
La Policía acudió y pidió al grupo que baje el volumen de la música y éstos finalmente accedieron. Pero al retirarse el patrullero los decibeles volvieron a subir y la Policía regresó. Así se inició una pelea sin antecedentes.
Fuentes extraoficiales indicaron que unas 30 personas de diferentes familias se unieron contra los policías, que no eran más de siete efectivos. En medio de la disputa, una persona sacó un cuchillo e hirió al oficial Roque Muñoz en el costado izquierdo de su cuerpo, lo que provocó que el resto de los policías sacara sus armas e hicieran varios disparos para intentar detener la batahola.
Mientras algunos eran esposados en la calle otros intentaban defender a sus parientes que ya estaban boca abajo en la tierra, lo que recrudecía cada vez más el enfrentamiento.
Muñoz recibió un profundo corte que le rozó el hígado por lo que tuvo que ser operado de urgencia en la Clínica de Petroleros Privados de esta ciudad. Ayer se encontraba en terapia intensiva y estable, aunque los médicos fueron cautos en dar mayores datos sobre la salud del paciente.
Ayer por la tarde el presunto autor de la puñalada fue atrapado en la vía pública, mientras que familiares de las siete personas detenidas dieron una versión muy distinta de los hechos asegurando que la Policía los "increpó" en todo momento.
En declaraciones radiales, integrantes de una de las familias involucradas en la pelea criticaron el accionar de las fuerzas policiales, calificando de “brutal” el hecho y solicitando que se “frenen las represalias” hacia las personas involucradas en los disturbios.
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