Una niña de doce años murió calcinada a causa de un incendio que consumió la casilla en que vivía, que afectó gravemente a cinco personas más, entre ellas tres niños.
La tragedia se desencadenó el pasado domingo 19 de septiembre, cuando comenzó un incendio a las 5 de la madrugada en una precaria casilla sobre la calle Corrientes, en el alto de la ciudad. Los motivos motivos por el cual comenzó el fuego eran desconocidos y son materia de investigación .
Es evidente que las personas que estaban en el interior de la vivienda nada pudieron hacer cuando dos garrafas de gas explotaron casi simultáneamente.
La pequeña fallecida es Julisa Bustos, en tanto que su hermana mayor -y a su vez madre de tres pequeños- tiene un setenta por ciento del cuerpo quemado. Los chiquitos, que serían dos nenas y un nene de entre 7 y 10 años sufrieron igualmente graves heridas. Por último, un joven de dieciocho años que también estaba dentro de la casilla, aunque no se pudo establecer su parentesco, fue asimismo alcanzado por las llamas y permanece en Rincón.
La urgencia por trasladarlos a Neuquén capital hizo imposible establecer la identidad de los heridos aunque se supo que todos tienen comprometidas sus vías respiratorias. Algunos fueron asistidos primero en el hospital local y otros en la Clínica de Petroleros Privados.
Los primeros en llegar fueron policías de la unidad 35, los que asistieron a los heridos junto a los vecinos. Hasta ese momento, nadie sabía que adentro quedaba una persona sin vida.
Los bomberos apagaron las llamas y despejaron los escombros quemados. Fue allí cuando encontraron el cadáver de Julisa Bustos. La policía acordonó el lugar para preservar la escena que de todos modos ya había sido contaminada por socorristas y curiosos. Mientras, la hermana mayor fue derivada de urgencia en ambulancia a Neuquén, adonde llegó en estado desesperante, igual que los tres niños.
El joven de 19 años fue entubado y colocado en coma farmacológico y permanece internado en Rincón aunque se evaluaba su traslado en avión sanitario.
El esposo de la mujer herida y padre de familia era el único que no estaba al momento del incendio porque trabaja en una remisera. Llegó a la precaria casilla casi al mismo tiempo que los bomberos. Vecinos confiaron al diario "Río Negro", que cuando se despertaron el fuego ya había consumido la casilla y se escucharon explosiones fuertes, intentando apagar las llamas antes de que llegaran los bomberos, pero no había agua en la red.
Fuente: Río Negro
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