El Ministerio de Trabajo de la Nación intervino en un conflicto sindical que afectó a yacimientos de YPF con el dictado de la conciliación obligatoria. Los petroleros pararon las actividades de la empresa Astra Evangelista Sociedad Anónima (AESA) afectando el normal desempeño de la petrolera estatal para la que presta servicios la compañía en conflicto.
El líder del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, Guillermo Pereyra, había lanzado una medida de fuerza para presionar por la reincorporación de trabajadores que se quedaron en la calle cuando YPF cambió a una de sus proveedoras. En horas de la tarde del 14 de marzo, la cartera que comanda Jorge Triaca le puso fin al paro que había comenzado a la mañana.
El conflicto está vinculado al cambio de proveedor de mantas oleofílicas (paleativo ambiental contra los derrames de crudo exigido por ley). La empresa Real Work, que tenía el contrato para prestar ese servicio, fue desplazada por AESA, que se impuso en una compulsa de precios en la que participaron ambas.
Los petroleros le reclaman a AESA y de forma indirecta a YPF que les resuelvan la continuidad laboral a 25 trabajadores ligados a Real Work. La petrolera controlada por el gobierno nacional, una vez más, quedó en el medio de un conflicto laboral con sus contratistas.
No es nuevo que los directivos locales de YPF deban mediar, cuando no tomar el toro por las astas, en conflictos laborales de sus proveedores de servicio.
Desde YPF no se emitió declaraciones oficiales sobre la situación que se vivía en sus yacimientos. Según adelantaron fuentes vinculadas a la industria que mediante una reorganización de tareas la compañía pudo evitar que el paro de los petroleros afectara los niveles de producción en la cuenca neuquina.
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