
A ella la conoció de joven cuando era mesera, se enamoraron y vinieron juntos a vivir a Rincón de los Sauces, formando una familia con cuatro niños, de 2 a 8 años.
Allá por el año 2013, cuando el más pequeño tenía solo 4 meses de vida, su pareja venía intensificando la violencia física, a tal punto que debió ser denunciado en la comisaría local, con muestras de hematomas.
Entre peleas y reconciliaciones, continuaron un año más, hasta que una nueva denuncia excluye al padre de los niños del hogar y se le impone la restricción perimetral de 300 metros y abstención de actos de violencia.
Paralelamente, la abuela paterna de los cuatro nietos insultó a la madre frente a los niños, hasta incluso en ocasiones la agarró del cuello, echándole la culpa de la situación, lo que generó que la abuela también tenga una medida de restricción, sin embargo, no cumplió con ninguna de las medidas, violando la orden judicial y además nunca se hizo presente a la audiencia.
En el verano del 2015, el padre de los chicos le brinda un vehículo a su mujer y dinero para que viaje a otra provincia a pasar las vacaciones con la familia materna. En su ausencia pidió autorización para acercarse a la vivienda, debido a la restricción que tenía impuesta por el juzgado, alegando que el inmueble se encontraba desocupado, que desconocía el paradero de mujer e hijos, asegurando que mediante una comunicación telefónica ella le dijo que “nunca más vería a sus hijos ni a ella”.
A su regreso al hogar junto a sus hijos, se encuentra con la presencia de su ex pareja, quién tras “endulzarle” los oídos, la convence una vez más para convivir nuevamente y levante las restricciones, prometiéndole amor, a lo que ella lamentablemente accedió.
La luna de miel duró bastante poco, él la echó de la casa y la amenazó con prender fuego la vivienda con ella y los pequeños adentro. Presa del pánico, acude a la abuela paterna, quien le brinda una vivienda en comodato para que se mude con los niños.
Debido a no aceptar regresar, comenzó a recibir permanentes amenazas, sentirse seguida y espiada, le tomaban fotografías, hasta el punto de que en ocasiones tanto él le tiró el vehículo en más de una ocasión, no cumpliendo con la restricción perimetral impuesta por el Juzgado de Familia.
Paralelamente se inició un expediente reclamando la cuota alimentaria correspondiente y él no se presentó en varias ocasiones a las audiencias y hasta incluso tuvo que ser llevado por la fuerza pública para presentarse en el expediente de violencia.
Debido a la falta de recursos para vivir dignamente con sus hijos, pasaron momentos donde no tenían para comer. Mamás del jardín donde iban sus hijos, conociendo la triste situación, hicieron una colecta de alimentos para ayudarla.
A mediados del 2015, en una audiencia que se llevara a cabo en el Juzgado de Familia, se fija una cuota alimentaria provisoria y se renueva el contrato de comodato, mientras se resolvía la cuota alimentaria definitiva, una vivienda donde vivir y un régimen de comunicación. Se obligó al padre a iniciar un tratamiento psicológico, con el fin de mantener una comunicación saludable con los menores, debido a los episodios de violencia a los que se han visto sometidos, ya sea de manera directa o indirecta.
Los pequeños narraron que su padre les ha pegado y uno de ellos incluso aseguró que lo hizo con un cinto por “tocarle sus cosas”, además de realizarle cortes de pelo ridículos, por los cuales los niños lloraban y no querían ir a la escuela. Además presenciaron en reiteradas oportunidades actos de violencia contra su madre.
A pesar todas estas situaciones, los maltratos hacia ella y sus cuatro hijos continuaron, hasta el punto de amenazarla con desalojarla de la vivienda, retirarle los aires acondicionados y calefactores, cortarle la luz, cerrarle la casa con candados y soltar a la perra, la cual luego apareció envenenada.
No pareciendo poco todo esto, le envíó una carta documento, solicitando el urgente desalojo, mandó gente con el fin de amedrentarla, cosa que logró porque debió encerrarse en la casa con los pequeños, quienes lloraban, presos del pánico, ante esa nueva situación de violencia.
Por otro lado, el padre de los niños a pesar de decir que está preocupado por sus hijos, no paga una cuota alimentaria adecuada para mantener el nivel de vida que les brindo durante mucho tiempo, no cumplió con el tratamiento psicológico solicitado por la justicia, ni pasó las fiestas con ellos.
Como si fuera poco el nivel de locura y violencia de este hombre, nuevamente delante de sus hijos y frente a la abogada de su ex pareja, a quien amenazó de muerte, le tiró de los pelos a su mujer, le torció las muñecas, a la vista de sus hijos, quienes lloraban y rogaban que soltara a su madre, empujándola a la vereda y tirándola al piso.
Este último episodio, dio lugar a que se abriera una causa en el fuero penal de la ciudad de Neuquén, donde el violento hombre no concurrió nuevamente a la audiencia donde se le realizaría la imputación de cargos.
Paralelamente, con la intención de no darle lo que es justo para vivir a sus hijos, este hombre está vendiendo sus propiedades y vehículos, poniéndolos a nombre de parientes y terceras personas, formando una nueva empresa a nombre de su pareja actual. Además está llevando su empresa a la quiebra para no tener nada a su nombre. Acciones dolosas y fraudulentas, para justificar su falta de liquidez.
Sus hijos le temen, los informes pedagógicos así lo indican, a tal punto que si se cruzan con su padre o abuela paterna, pretenden esconderse detrás de su madre, para evitar tener contacto con ellos.
En el lineamiento de no darles lo que les corresponde, el violento y salvaje hombre está pergeñando diversos artilugios seudo legales, como ser empleado de la misma compañía que dirige, cobrando un sueldo sumamente bajo, y brindarle una cuota alimentaria a su actual pareja, con quien tuvo un hijo tiempo atrás, y todo simplemente con el fin de no pasar una cuota alimentaria razonable a sus cuatro hijos, haciéndolos pasar penurias.
Tal vez, a esta altura del relato, se pregunte porque tanta saña con esta mujer y su hijos, es porque ella también es dueña de la empresa que él dirige y es propietario, socio gerente y “operador principal”, y desea que ella le firme la venta de la misma, dándole migajas.
Queda al descubierto que la madre, no solo ha sufrido violencia física por parte de su ex, sino también psicológica y económica, constando en los expedientes, donde se encuentran, además las pericias psicológicas de los adultos y los dos niños más grandes, el de la abuela paterna no, porque nunca se hizo presente a la audiencia a la que fue citada.
Este poco hombre, ejerce una extrema presión económica contra sus hijos, dejándolos en un estado de vulneración, hasta cruel podría decirse y además denuncia a su madre por no darles calzado o ropa o alimentos adecuados, lo que marca un morbo inexplicable.
Lo cierto, que estos niños no están viviendo una infancia feliz, ni recordarán a su padre como su héroe o su ídolo, si no todo lo contrario.
Todo este relato, es uno de tantos que suceden en Rincón de los Sauces. “Actualmente, toda la esperanza está puesta en la Justicia, a fin que entienda cabalmente la situación, y que esa frase con la que culmina cada escrito presentado en los expedientes “Proveer de Conformidad que Será Justicia”, no sea una paradoja”, finaliza la abogada de familia Sandra Caggiano, quien representa a la mujer y a sus cuatro hijos.
En conclusión, este violento hombre, por el delito que se lo estaría imputando hasta el momento, lesiones agravadas por violencia de género y amenazas a un letrado, podría cumplir hasta 4 años de prisión, y si continúa en esta línea y se transformase en un asesino, en el marco de un femicidio, podría cumplir hasta 25 años.
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