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Relativizan informe sobre maltrato laboral en el ámbito petrolero

Un informe publicado por un medio regional desató la polémica. “Son bromas que ayudan a generar el buen ambiente de trabajo que hay en el sector”, dijo el titular del sindicato petrolero, Guillermo Pereyra.
Horacio Beascochea
Por Horacio Beascochea

El titular del sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra reconoció que históricamente hay bromas en el sector petrolero, pero relativizó que se trate de maltratos laborales.

Pereyra aseguró en ese sentido que “con 280 delegados en el campo no se ha recibido ninguna denuncia por maltrato, como así tampoco ninguna denuncia de acoso por parte de las 1.000 trabajadoras del petróleo”, dijo al diario “Río Negro”.

El gremialista explicó que “las jodas son para sobrellevar las largas horas y días de trabajo, y se hacen a los nuevos más que nada para que se vayan habituando”. Pero advirtió que “no se lo toma como una agresión, no son malos tratos, son bromas que al contrario ayudan a generar el buen ambiente de trabajo que hay en el sector”.

Sucede que según un informe del diario que se edita en General Roca, el maltrato laboral es frecuente y con bromas pesadas, por parte de los “viejos” trabajadores a los “nuevos” que ingresan a la industria petrolera.

Según el matutino y en base a testimonios que recogió para una investigación, son frecuentes las “gastadas”, el pago de un derecho de piso. “A los nuevos les toca una manteada seguro. A algunos les comen la comida que se llevaron o si tocan viandas lo mismo, se quedan sin comer. Entre un grupo y el otro a veces se ponen laxantes en los bidones de agua, es algo que se hace mucho”, indicó un chofer de ambulancia.

“Los viejos son los que promueven las jodas. Por lo general las sufren los que tienen entre 18 y 21 años. Encontrarse con una araña dentro de una taza es común en el campo, o una lagartija en el mameluco. Es para probar la resistencia. Dura unos 10 ó 15 días, después de ese tiempo ya se calman. Hay casos que no soportaron las bromas y terminaron renunciando. No son la mayoría, pero conozco algunos que lo hicieron”, contó otra persona.

La réplica no se hizo esperar y el titular del gremio petrolero señaló que “son muchos hombres juntos y muchos jóvenes, y a los jóvenes les gusta bromear, y eso se ve en todos los trabajos. Como se conocen tanto es normal que se hagan bromas o jodas, que el que está volviendo a su casa le pregunte a otro si quiere que le diga algo a Carolina, por su mujer. Pero es solo una broma”.

Pereyra recordó que “es difícil sobrellevar las largas horas de trabajo en el campo, los días que se pasan allí y por eso en los horarios libres se bromea. Después cuando hay que trabajar ya no se hacen bromas y se trabaja con la responsabilidad que el trabajo requiere”.

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