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De un día para otro se puede dejar para fumar

Desde hace 20 años se conmemora el 31 de mayo el Día Mundial Sin Tabaco. La Organización Mundial de la Salud ha determinado esta fecha para erradicar el consumo de tabaco. Si sos fumador te apuesto a que no lees hasta el final esta nota.
Darío Hernán Irigaray
Por Darío Hernán Irigaray

El Día Mundial Sin Tabaco se conmemora todos los 31 de mayo desde 1989. La fecha fue seleccionada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) como campaña estratégica para erradicar el consumo de tabaco.

A lo largo de 20 años, las consignas de cada festejo han ido variando, siempre de acuerdo a motivos funcionales a la campaña y a investigaciones científicas validadas por la OMS. Por ejemplo, la consigna de 1990 estaba destinada a la infancia y la juventud, la de 1991 a los lugares y transportes públicos y la de 2001 a los fumadores pasivos. En cada fecha se divulga y distribuye todo tipo de información destinada a impulsar la causa. En 2009 la consigna es: “Advertencias de salud sobre el tabaco” y se centra en todas las posibles alertas gráficas que puedan incorporarse por ley, por ejemplo, a los paquetes comerciales de cigarros.

Parece increíble ver de lo que es capaz la raza humana. Resulta totalmente incomprensible que dentro de la avanzada cultura universal actual exista un protagonista tan nocivo como mundialmente aceptado como el cigarrillo. Este elemento social, cuya utilidad en términos absolutos es totalmente nula, debe su existencia masiva principalmente al enorme poder de la propaganda, a la búsqueda de vías de escape por parte de los adolescentes, y a las dificultades psicofísicas del ser humano para contrarrestar el acostumbramiento.

Uno de los mayores peligros de este vicio, y conjuntamente una de sus principales armas, es que suele dar su "golpe" inicial al ser humano justamente en aquella etapa en que éste es más inestable y más proclive a las falsas sensaciones de libertad, independencia o búsqueda de la novedad: la adolescencia y la juventud. Es justamente en ese período de la vida en que los adolescentes sienten curiosidad o pretenden vanagloriarse ante sus pares mediante ciertas "distinciones" que los realcen, y siempre aparece el tabaco, por medio del cigarrillo y toda la connotación que este conlleva a través de las marcas comerciales, como vía para destacarse.

Y lo que en una primera etapa no es más que una moda o un modo de comportamiento social, al cabo de unos meses ya se torna una necesidad física y luego también psíquica, que termina esclavizando al cuerpo y a su dueño fuera del alcance de la voluntad. Si a eso se le suma la enorme maquinaria publicitaria que lejos de relacionar a este flagelo con su nocividad para el cuerpo, intenta mostrarlo como símbolo de éxito y, vaya paradoja, hasta un medio de éxito deportivo, podemos darnos una cabal idea de la magnitud de este desafío.

Si bien numerosos gobiernos en todo el mundo están legislando en contra de la promoción y publicidad de este fatídico enemigo de la vida humana, muy lejos estamos aún de poder contrarrestar siquiera mínimamente el aluvión significante que desde diversos ámbitos se proclama a favor de este flagelo encubierto, que al cabo de unos cuántos años lleva irremediablemente a una muerte anticipada.

Desde nuestro lugar como comunicadores, nos queda como misión irrenunciable llevar a nuestros lectores un mensaje de altísimo realismo, haciéndolos ver cuál es el verdadero fin del camino que inocentemente pueden estar iniciando como un juego social, e intentando mostrarles que por el sólo hecho de acceder a las trampas publicitarias que ligan al cigarrillo con la aceptación y el protagonismo, no sólo no obtienen ganancia alguna, sino que se están esclavizando a una industria multimillonaria y acortando irremediablemente sus vidas.

Por otro lado es importante entender que el dejar de fumar nos hará más libres, pudiendo dedicar más tiempo a otras actividades. Inicialmente no es fácil, sentimos que nos faltará algo, pero lo importante es tener una gran voluntad, y el ir con mayor frecuencia a lugares donde no fumen, nos hará sentirnos más cómodos.

El fumador siempre se junta con gente que lo hace y se incitan para seguir haciéndolo. Es común escuchar frases entre fumadores como “Ahora te convido uno yo”, “el próximo te fumás uno mío”, “fumateló, queda una seca”, “comprá cigarrillos, por que solo me queda un atado”, “¿compraste cigarrillos?”, a modo de recordatorio, como si al quedarnos sin ellos, nos fuéramos a morir. El cigarrillo, “el cigarro”, “el pucho”, “el vicio”, son sinónimos únicamente de la palabra muerte.

Los gobiernos están redactando leyes que defienden los derechos de los no fumadores, derecho a respirar un ambiente limpio, prohibiendo fumar en espacios cerrados, comercios, establecimientos públicos y privados de atención al público, pero falta algo, algo muy importante, si sos fumador, “que comiences hoy a dejar de fumar”.

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