
El martes 31 de marzo de 2009 a las 20.30 horas nos dejó el primer presidente constitucional tras la dictadura del ”76. Seguramente muchos lo recuerdan como un luchador incansable, político noble y un hombre decente. Un dirigente que debiera ser ejemplo para muchos y un presidente que no dudó en abandonar el gobierno en aras de pacificar el país.
Afectado desde hace más de un año por un cáncer de pulmón, su salud comenzó a declinar hacia el fin de semana. Finalmente, ya en la tarde de ayer, el médico personal de Alfonsín le comunicó a su familia que sólo podía esperarse un desenlace fatal en cuestión de horas. Sus ultimas horas las vivió junto a su familia en su domicilio en la ciudad de Buenos Aires.
Con la muerte del último líder radical, la Argentina no pierde solamente a un verdadero demócrata. Con Alfonsín se va el hombre que se animó a enjuiciar a las juntas militares del Proceso; el que ni bien se hizo cargo del poder afirmó que a partir de su gobierno se acabarían los golpes militares en el país.
El mismo hombre que en plena dictadura de Onganía, y luego de Levingston y Lanusse, siendo radical no dudaba en defender presos políticos de cualquier signo, incluidos peronistas y comunistas. Acciones que repetiría luego, durante los años de plomo, con más riesgo desde luego.
Tal vez sus más críticos lo recuerden como al impulsor de la Obediencia Debida y el Punto Final. En ese caso, esos críticos debieran considerar, también, que en esos momentos Alfonsín eligió el mal menor: dos leyes injustas o un posible golpe militar.
También, y con una sonrisa, se lo podrá recordar como a un gallego cabrón, un pésimo futbolista, un fanático hincha de Independiente y un tipo campechano que jamás dejó de ser humano, aunque el protocolo no lo aconsejara.
El vicepresidente Julio César Cobos firmó minutos después del fallecimiento de Raúl Alfonsín, el decreto que declara Duelo Nacional por tres días. "Hemos perdido hoy a un gran hombre de bien. Se ha marchado en paz el gran defensor de los valores democráticos, de las instituciones y del pueblo argentino. La historia nacional recibe con honores al garante de la democracia", dijo Cobos.
Con los merecidos honores de Jefe de Estado, sus restos fueron velados desde las ocho de la mañana del 1 de abril, en el Salón Azul del Congreso de la Nación y serán sepultados en el panteón de los Héroes de la Revolución de 1890 todo un símbolo para los radicales-, en el cementerio de la Recoleta.
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