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¿Cómo llegó a Rincón Pedro Sánchez?

Llegó a instalar la primera estación de servicio que existió allá por 1969, creó el diseño de las primeras calles del pueblo, fundó la ciudad junto a Felipe Sapag, y fue el primer intendente de Rincón de los Sauces. “Me había propuesto fabricar un pueblo”, nos contó con orgullo.

Allá por 1969 Pedro Sánchez llegó a Rincón para instalar los tanques de lo que sería la primera estación de servicio que se encontraba en cercanías al campamento de YPF.
Bien patriota, nació el 25 de mayo de 1937, en la pequeña localidad de Santa Rosa del Conlara, provincia de San Luis. Curso la primaria y la secundaria, recibiéndose de técnico industrial. El 14 de marzo de 1964 contrajo matrimonio con Edith Elena Palacios, quien la llamaban “Chola”, gran compañera y seguidora de sus anhelos.
Edith, su fiel compinche, le dio a Pedro dos maravillosos hijos. Guillermo de 40 años de edad, quien a su vez tuvo a Franco de 18 años y Romina de 15. Daniela, su otra hija, de 36 años de edad, acercó a la familia a Rocío de 11 años de edad.
Fue ladrillero, se dedicó a la distribución y venta de golosinas a kioscos, y como la cosa estaba floja decidieron migrar inicialmente hacia La Pampa y al poco tiempo a Neuquén capital.
Recuerda que fue a esperar sus muebles que venían en tren hasta la estación de transferencia de Cipolletti, durante unos días durmieron en el piso, por que no tenían nada.
En Neuquén siguió con su actividad de vender artículos a los kioscos, pero no le alcanzaba para vivir bien, por eso comenzó a hacer lo que sea por que tenía que llevar la comida a la casa. “Me fui a trabajar a una chacra a levantar frutas del piso”, y al tiempo comencé a trabajar para Consoli, un importante empresario de la época, “era el 20 de julio de 1969, justo cuando llegó el hombre a la luna”, recuerda.
Al poco tiempo Consoli lo llevó a Rincón de los Sauces, ya que la gente de YPF le había solicitado que instalara una estación de servicio, y el era el distribuidor en toda la zona.
Estuvo un tiempo trabajando, durmiendo en una carpa, haciendo los pozos para los tanques de la futura estación. “Cavamos unos pozos con pala de unos 4 metros de profundidad, 10 metros de largo por 6 de ancho”, contaba recordando el gran esfuerzo realizado.
“Fui a poner la estación de servicio, no había nada, estaba el jefe del campamento de YPF un tal Pino”. Ahí fue cuando conoció por primera vez Rincón de los Sauces.
La estación estaba ubicada cerca del campamento de YPF, no había nada en esa época. Era todo campo, había una casita de adobe cercana a la pista del aeródromo, que hoy en día todavía existe. No existía el pueblo tal como es hoy en día, no había nada. “Solo estaban los crianceros, que no tenían ni idea de que se trataba el tema del petróleo”.
Había un maestro llamado Argentino Urquiza que daba clases a tan solo 7 chicos en un trailer prestado por YPF. Fue el primer maestro de Rincón, quien fallecido recientemente, en su honor se puso el nombre al museo paleontológico.
Al poco tiempo se fue a vivir su mujer quien lo acompaño incansablemente. No existía presencia policial y llegaba gente de todos lados, gracias al petróleo.
“Era un far west… todos los días había una casilla nueva, y se había puesto pesada la cosa. Hablando de la policía, un día le dije al maestro Urquiza, -yo voy a ser el comisario-… No sabía lo que era la política…”, rememoraba riendo.
Cónsoli, su jefe, iba dos veces por mes a ver como andaban las cosas, en una de esas ocasiones le comentó su idea de que quería ser comisario, se rió, y lo invitó a cenar a su casa en Centenario, donde conoció a Delvás, quien Sánchez comentó: “era un gran político compañero de Felipe Sapag”.
Al momento de la cena repitió lo que le mencionó a Consoli, diciendo nuevamente “quiero ser comisario” a lo que Delvás contestó “¿que quiere ser?”, a lo que le reiteró “quiero ser comisario, hay que hacer un pueblo, está llegando gente, está todo desorganizado”, pensando que eso era lo que hacía un “comisario”. Seguido a eso Delvás le pidió que juntara gente conocida que quiera trabajar, que en unos días lo iría a visitar en el avión de la provincia.
Ya en esa época existía la pista de aterrizaje, no tan grande como la hay hoy en día, pero llegaban aviones de los directivos de YPF habitualmente y autoridades gubernamentales.
A los pocos días fue Delvás, “nos juntamos 10 o 15 personas, nos dijo que enviaría chapas y colchones, para que los reparta entre la gente. Yo buscaba la gorra del comisario y tenía que repartir colchones, no entendía como era el tema”, nos contaba Sánchez, a lo que agregaba: “en esa época la gente vivía sobre la jarilla. Yo vivía en una casilla rodante prestada, solo tenía el armazón, dormía sobre una lona, ahí incluso viví con mi señora”.
Ya era el año 1971, se empezaba a pensar en fundar una ciudad, construyó una gran casa de madera pegada a la estación de servicio, de la cual era el encargado. Mientras tanto lo hacían viajar a Neuquén para ir definiendo diversos temas, visitó por primera vez la casa de gobierno. “Comenzamos firme a pensar en fundar el pueblo”, decía.
“Me llamaron de tierras, me pidieron que llevara un dibujo de cómo quería que sea el pueblo y yo dibujé el plano del pueblo. Fue algo parecido a Neuquén capital. La cuestión que mucha gente se enojó con las diagonales. El plano inicial era dos cuadras para cada lado. De la plaza nacían las diagonales”, comenta sorprendido comparando con la actualidad.
En esa época la ruta era solo una huella, que iba donde actualmente está la calle Chos Malal, pasando directo por dentro del campamento, luego se corrió su traza a la actual ubicación.
Un ingeniero estuvo durante dos meses trabajando emparejando el terreno, marcando y delimitando las manzanas, era todo jarilla y medanos de arena.
“Llegó el día de la fundación del pueblo, me hicieron ir a la gobernación, hubo que formar una comisión de fomento, y nos elegimos entre los que estábamos”.
Según el decreto 2349 del 9 de diciembre de 1971, el Sr. Gobernador Felipe Sapag dispuso la fundación del pueblo, creando la Comisión de Fomento de Rincón de los Sauces, designando como presidente a Pedro Sánchez y como miembros a Salvador Merino, Julio Trepoli Penna, Sefedín José Jadull y Normanda Lara.
El 20 de diciembre de 1971, a las 11.30 horas aproximadamente, se colocó la piedra fundamental en la plaza general San Martín, donde todos los presentes firmaron sobre una hoja de cobre y otra de papel, las colocaron dentro de un cofre, y arrojaron monedas de la época en el lugar.
Pedro Sánchez recuerda que tuvieron que llegar caminando hasta la plaza, ni los camiones entraban, por la cantidad de arena que había, estuvieron 127 personas presentes ese día, y todos firmaron el pergamino que fue enterrado en el centro de la plaza.
La historia de Pedro Sánchez es muy extensa, en una primera entrega llegamos hasta el punto donde nació Rincón, en la próxima contaremos los años sucesivos del nacimiento de nuestra ciudad, y todo lo que hizo este gran hombre por ella.

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