El lunes 16 de febrero las prestadoras de servicios petroleros que operan en Cutral Có y Plaza Huincul se reunieron con los diputados provinciales del Movimiento Popular Neuquino, Carlos Pacheco y Juan Gómez, para manifestarles su preocupación ante la situación del sector.
Las empresas de servicios afirmaron que ya no pueden sostener los costos salariales de los trabajadores, que se encuentran en sus casas con salarios mínimos, porque las productoras de petróleo no cumplen con los pagos pactados.
En este sentido, reclamaron que tanto YPF como Apache se hagan cargo de los salarios de los empleados que, por la baja en la actividad, se encuentran en sus hogares. “Esta es una carga que ya lleva tres meses y que no podrá extenderse más allá de marzo”, manifestaron los integrantes de CEIPA a los legisladores provinciales.
"Son cerca de 600 personas que trabajan para las prestadoras de servicios y que hace tres meses que están en sus casas. Las empresas del CEIPA ya no pueden aguantar", explicó Pacheco tras el encuentro con representantes de Petroneu, Tecpresin, Open y Seifert, entre otras compañías.
Cabe recordar que, según el convenio firmado el 28 de noviembre de 2008 entre la Nación y el sindicato petrolero, las productoras se comprometían a no realizar despidos y trasladaron esa obligación a las empresas de servicios. Pero, según los diputados del MPN, la crisis se profundizó y las productoras no cumplen con sus compromisos, asfixiando a las prestadoras.
"Las productoras se comprometieron a entregar a cada contratista el monto el dinero para las personas que mandaban a sus casas, pero no están cumpliendo el pago a sus contratistas para que puedan solventar el gasto", dijo Gómez.
Este panorama crítico en la comarca petrolera agrega un poco más de incertidumbre a la que ya reina en Rincón. A modo de ejemplo, sólo basta recordar el caso puntual de OPS, empresa que a fines del año pasado envió cerca de 600 telegramas de despido, ya que se terminaba su contrato con YPF, informando a sus empleados que en 30 días serían despedidos y que cumplían con el mes de preaviso.
Cuando llegó la la fecha indicada, YPF prorrogó su contrato por 30 días más y permitió prolongar la incertidumbre de los trabajadores que, al día de la fecha, desconocen cual será su destino.
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