
Los estudios de ADN confirmaron este lunes 31 de julio que la mujer asesinada y quemada en Rincón de los Sauces era Fernanda Pereyra.
La confirmación se conoció esta tarde luego de una comunicación de la directora del laboratorio de ADN de Bariloche, dependiente del Ministerio Público de Río Negro, al jefe de los fiscales de Neuquén, José Gerez.
A la joven embarazada de seis meses la asesinaron y luego la acostaron en el centro de una hoguera construida, a la vera de la Ruta 6 a tres kilómetros de Rincón, con leña de álamo, palet y cubiertas, y la rociaron con combustible para que ardiera por completo con la idea de borrar las evidencias.
Por el hecho fueron detenidas y acusadas tres personas, entre ellas el ex de Fernanda, que gestaba un embarazo de 6 meses. Los sospechosos están acusados de homicidio calificado con premeditación.
La acusación se realizó el viernes 28 de julio en Rincón de los Sauces. Se calificó el hecho como homicidio doblemente agravado por el vínculo con premeditación. En la audiencia de presentación de cargos se habló del culto a San La Muerte, ritos satánicos y que uno de los detenidos posee un tatuaje con una mujer prendiéndose fuego en su pecho, sumado a un supuesto contexto de actividades de narcotráfico.
El culto a San La Muerte
Luego de un gran trabajo de campo, los investigadores llegaron a un inquilinato de mala muerte, ubicado en calle Rioja, donde vivían Luciano Hernández, el ex de Fernanda, y Osvaldo Castillo, dos de los tres detenidos por el crimen.
Al ingresar se encontraron con que la primera habitación había un santuario con música tétrica, plagado de velas, figuras satánicas, una calavera, santos paganos como San La Muerte y una entidad a la que se veneraba: el Destranca Rua.
Castillo fue identificado y observaron sus tatuajes. En el pecho tenía inscripto “Destranca Rua” y luego por el torso y en los brazos aparecían tridentes, mujeres en llamas, el sacrificio de un recién nacido rodeado por el fuego y figuras demoníacas.
En las cuatro habitaciones de la pensión observaron condiciones de vida precarias, incluso en la de Hernández, quien es hijo de un ex gerente del Banco Provincia de Neuquén (BPN) y de una funcionaria judicial de Cutral Co.
Al fondo de esa casa del horror había un corral construido con palets donde tenían una oveja con la que se presume realizaban oscuros rituales.
La extraña creencia, sobre la que investiga la fiscalía, es dirigida al Destranca Rua, una entidad vinculada al kimbanda, culto africano que experimentó el sincretismo en Brasil cuando traían a los esclavos al continente americano.
El Destraca Rua es una entidad, según el kimbanda, que está en el Astral, que es la cuarta dimensión que se encuentra pegada a la tierra. Se dice que esta entidad es un hombre que perdió su camino hacia la luz por sus conductas y quedó atrapado en el Astral, donde pena todo el tiempo.
Sólo los médium lo pueden convocar para que interceda y realice actos buenos. De esa forma va a poder reencarnarse y retomar el camino a la luz.
“En verdad, al Destranca Rua se le pide para que allane caminos, que haga una apertura en lo económico, salud y destrabe enlaces de magia negra. Las personas que cometieron este crimen tienen mentes muy retorcidas que nada tienen que ver con las prácticas del kimbanda, sino más bien con el satanismo, que sí incluye sacrificios humanos”, dijo un médium en declaraciones a LM Neuquén.
La fiscalía ya solicitó pericias psiquiátricas de los tres acusados del homicidio de Fernanda que permanecen detenidos.
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