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Prisión preventiva para 3 imputados por asesinar a Fernanda Pereyra

Se calificó el hecho como homicidio doblemente agravado por el vínculo con premeditación. En la audiencia de presentación de cargos se habló del culto a San La Muerte, ritos satánicos y que uno de los detenidos posee un tatuaje con una mujer prendiéndose fuego en su pecho, sumado a un supuesto contexto de actividades de narcotráfico.
Darío Hernán Irigaray
Por Darío Hernán Irigaray

El viernes 28 de julio se llevó a cabo en el juzgado de Rincón de los Sauces la audiencia de presentación de cargos para Luciano Hernández, Osvaldo Castillo y Diego Marillán, donde luego de extensos relatos de la fiscalía, sobre los indicios recogidos, y el intento de anulación por parte de la defensa, el juez Lucas Yancarelli declaró la prisión preventiva por el tiempo de 6 meses.

El fiscal jefe de Homicidios, Agustín García, fue quien relató los hechos junto al fiscal del caso, Fabián Flores, como abogado querellante Marcelo Velazco fue sumando detalles, representando a la familia de la víctima Fernanda Pereyra, y por parte de la defensa, estuvieron presentes una defensora pública, junto a Marcos Quinteros que representó a Diego Marillán.

De acuerdo a las investigaciones realizadas, los imputados y participes, conocían el vínculo de Luciano con Fernanda, y por ello se agrava la acusación, donde se estima que podrían recibir a futuro cadena perpetua, debido a que se demuestra que hubo una organización para darle muerte a Fernanda Pereyra.

Según las cámaras de seguridad se pudo ver el día 20 de julio a una mujer de similares características de Fernanda, quien corría como escapando, en cercanías a la intersección de las calles San Martín y Chubut, donde se estimada fue levantada por una camioneta Toyota Hilux Negra, pasadas las 20 horas, donde por la poca luz no se pudo determinar la patente, aunque estiman es propiedad de Marillán.

A pesar de no contar con un estudio de ADN, se pudieron juntar variados indicios donde se determina que el cuerpo calcinado era de Fernanda Pereyra, principalmente por una cadenita con un anillo gemelo, reconocida por familiares, dada por su abuela Ramona Bastias en San Rafael, similar al que presenta su mama Norma Lucero, y una filmación donde aparecía con un dije muy similar al que llevaba la víctima, sumado a las medidas del cuerpo y que se encontraba embarazada.

El protocolo de autopsia da un cuerpo muy calcinado, aunque se pudo determinar que tuvo un sangrado por arma blanca en la Región torácica izquierda, y no se detectó humo en sus pulmones.

En el patio del inquilinato donde residían los imputados, en calle Rioja al 272, se encontraron, palets de madera, donde faltaban dos, en una especie de construcción precaria, un bidón vacío con olor a combustible, sumado a ramas y troncos de olmos y álamos recientemente cortados, neumáticos, todos elementos similares a los encontrados junto a la víctima calcinada, además de un serrucho y muchos blisters de chips de teléfonos celulares, que insinúan se utilizan en la comercialización de estupefacientes.

Se relevó también que Castillo posee una quemadura en su mano y un tatuaje en su torso de una mujer quemándose. “Como que tienen un culto a la muerte en su casa”, acotó el fiscal.

Hernández y Castillo circulaban regularmente en un utilitario Renault Kangoo, el cual al día siguiente del hecho les fueron cambiados los neumáticos por unidades nuevas y además la llevaron a un lavadero, donde, según testimonios, llamó la atención el estado interior del mismo, y a pesar de ello los peritos por medio del uso de lumilol pudieron encontrar manchas de sangre en la caja del vehículo, disperso en asiento, piso y techo, junto a 8 cabellos bien largos. “Se estima que la mataron dentro de este vehículo”, dijo el fiscal.

Los análisis de las antenas de teléfonos pudieron coincidir a los 3 imputados y la víctima en una misma zona a las 20.30 horas.

Por todo lo relatado es que la fiscalía indicó que deben calificarse a los imputados como coautores de doble homicidio calificado por el vínculo de Hernández con Pereyra y ser premeditado junto a dos personas. “Hubo elementos que demuestran que hubo una organización para darle muerte a Fernanda Pereyra”, dijo el fiscal.

Hay testimonios de la abuela que escuchó a Fernanda hablando supuestamente con Hernández, donde la amenazaba de muerte, y su padre también aseguró que su hija tenía miedo de volver desde Mendoza debido a que un tal “Rapunzel” la podría matar, donde investigaciones policiales aseguran es el alias habitual de Osvaldo Castilllo, de quien se encontró una huella que coincide con su zapatilla.

Hernández mintió al decir que hace dos meses no veía a la víctima en una ridícula presentación espontánea que realizó en la comisaría local.

Cabe señalar que aún faltan los estudios anatopatologicos de Fernanda, cotejar el ADN de ella y el feto, debido a que se estima podría ser de un tal Kevin de Cutral Co y no de Hernández como se creía, avanzar en los estudios de la sangre y pelos encontrados en la Kangoo, estudiar el serrucho, guantes quemados con aparente sangre, zapatillas con las huellas para una mayor precisión, contacto con sangre, centenares de horas de video de las cámaras de seguridad, analizar los celulares encontrados en las viviendas de los imputados, de los cuales uno parece ser de la víctima, entrevistar a decenas de testigos, sumado a pericias psiquiátricas a los imputados.

Marcelo Velazco dijo que en “la descripción de los hechos quedan dilucidados por 11 indicios concretos y claros, conformando coautoría, de un reparto de roles, de un acuerdo criminal de amigos y convivientes entre sí”.

Luego de todas las presentaciones, el juez negó el sobreseimiento pedido por la defensa y aclaró que “es imposible saber que hizo cada uno en la clandestinidad y las pruebas están más que sobradas y la formulación de cargos es procedente”. Se dejó la investigación abierta durante 4 meses y se dictó la prisión preventiva durante 6 meses para los 3 imputados quienes fueron trasladados al sistema carcelario.

A finalizar la audiencia, familiares de las víctimas se abalanzaron sobre los imputados, mediando la policía en una situación que incomodó a todos los presentes, con gritos de dolor y mucha pena, mientras la policía retiró rápidamente a los imputados, a la espera de que se libere la sala.

Foto: De izquierda a Derecha, Hernández, Castillo y Marillán.

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