En los últimos meses, estos grupos de jóvenes asaltaron comercios a mano armada, golpearon violentamente a chicos y grandes, hirieron a una mujer de un disparo, y atemorizaron con insultos y piedrazos a personas que pasaban cerca de ellos.

El comisario Máximo Retamal, titular de unidad policial 35, reconoció la grave situación y admitió que por el momento es difícil vislumbrar una solución ya que se trata de menores, por lo que la policía actúa y estos chicos a las pocas horas están nuevamente las calles cometiendo delitos.

La Policía asegura que nada puede hacer y cita un caso extremo en donde un chico acumula noventa denuncias en su contra. Los efectivos policiales también reconocen que tienen identificados a una buena cantidad de menores, entre las tres bandas delictivas.

Las zonas en donde actúan estas bandas están bien delimitadas. Una de ellas, tiene su territorio alrededor de la escuela primaria 300, otra utiliza el sector del cañadón o río seco delante del Aeropuerto, a pocos metros de la ruta provincial 6 y la tercera no tiene un territorio definido.

En tanto, la secretaria de Desarrollo Social de la municipalidad Cristina Winkler, declaró que “para ayudar a estos chicos, todas las instituciones deben estar coordinadas y trabajar de una manera ordenada, pero de igual manera es muy difícil deponer conductas aprendidas, con un entorno que evidentemente no los ayuda”.

El departamento de Minoridad y Familia de la municipalidad, durante varios meses no tuvo psicólogos ni especialistas del área para tratar éste tipo de problemas sociales. Tampoco Salud Pública a través del hospital, mantiene departamentos de ayuda.

Fuente: Río Negro