
Tras un trabajo arduo y silencioso se encuentran los guardafaunas, quienes bajo la mirada observadora aprecian el medio ambiente. Es común verlos a bordo de camionetas con las que recorren la zona de Rincón y alrededores, relevando y protegiendo la fauna nativa del lugar y haciendo exhaustivos controles para evitar la caza indiscriminada.
La ayuda de los guardafaunas es fundamental para el cuidado de animales en vía de extinción, así como a crianceros y productores, sobre todo cuando son afectados por algún animal que caza animales de corral, como los pumas salvajes, felinos muy frecuentes en la zona del Auca Mahuida.
La tarea del guardafauna no se reduce al asesoramiento y colaboración de los crianceros sino que también cumplen una labor de policía muy importante al realizar exhaustivos controles contra la caza furtiva.
En este sentido, trascendió que durante el año pasado fue realizado un importante procedimiento que involucró a funcionarios de la actual administración municipal, quienes fueron interceptados cuando regresaban a Rincón de los Sauces luego de una importante cacería.
En dicho operativo se habrían incautado 18 piches y 22 vizcachas que habían sido cazadas en forma ilegal en la zona de Pata Mora. Además, se procedió al secuestro de fusiles, carabinas 22 y una pistola de alta tecnología con mira láser.
Dichos funcionarios regresaban a la ciudad cuando fueron interceptados por un guardafauna de la zona, quien descubrió que los animales muertos, que eran trasladados en la camioneta, no contaban ni con un permiso, ni guía de caza correspondiente.
“Esto es caza clandestina, caza furtiva y dentro de nuestra ley se labra una infracción por introducir animales a la provincia. Además se le dio intervención a la policía por el secuestro de las armas, ya que hay una infracción por la ley de armas y entonces tiene que intervenir un juez”, dijeron desde la Dirección de Fauna.
En este caso en particular se verificó y se encontró armamento de guerra desactivado que contaba con toda la documentación que la amparaba, pero que no lo habilitaba para ingresar con esos animales muertos, productos de la caza clandestina.
Según trascendió, el guardafauna y la policía a cargo del operativo también secuestraron armamento de menor calibre que no contaba con la documentación correspondiente, por lo que se le inició una causa a uno de los malvivientes.
Desde el cuerpo de guardafaunas aclararon que la caza está totalmente prohibida en la zona del Auca Mahuida, ya que es un área natural protegida. “Sólo pueden cazarse algunos jabalíes si estos matan muchos chivos. Entonces sí se habilita la caza control por un tiempo”, agregaron.
“Si vos entrás desde otra provincia con vizcachas, las mismas tienen que entrar con un permiso de caza de la provincia para introducir a las especies, para poder circular, si no lo tiene, se levanta una infracción y se pueden realizar actas en paralelo desde la otra provincia”, agregaron.
No existe una estadística cierta de la cantidad de animales que hay en el Auca Mahuida, pero afirman que hay una gran cantidad.
Con respecto a los pobladores rurales que fueron víctimas de ataques de ganado menor, el personal de guardafauna estuvo durante cuatro meses trabajando en la zona intentando evitar que la “gente no salga a matar indiscriminadamente”, realizando procedimientos y controles, donde se han tomado fotografías e incautaron cachorros secuestrados de algunos puestos.
Se supone que los crianceros cazan a las madres que matan a los chivos y quedan los cachorros, que “son criados como un gatito común”. Esta conducta es muy peligrosa ya que los pumas se domestican fácilmente pero cuando llegan a la edad adulta, recuperan su instinto y se vuelvan salvajes. “También en Rincón hemos sacado hasta jabalíes de las casas”, agregó Diego Moreno, director de Guardafauna provincial.
Según los guardafaunas, no todos los pumas cazan y matan animales de corral ya que algunos se dedican a cazar animales salvajes. El problema es el llamado “puma problema” y es aquí donde los agentes arman una partida de caza, siguen los rastros y acompañan a la gente para dar caza al animal.
Por último, la fuente de guardafaunas agregó que la caza furtiva no es un delito. Es una infracción que tiene su costo y que ronda entre los 4000 y 5000 pesos, más las penas que pudiera haber por tenencia o portación de armas sin autorización, que pueden tener como pena la no renovación de la tenencia de las mismas, además de su incautación indefinida.
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