Sergio García conocido en Rincón de los Sauces por su actividad de cerrajero afirma que él “es el envase” y que “le tendieron una cama”. Pagó una fianza de 3.000 pesos y fue liberado. Su abogado afirma que este hecho “lo hace recordar a los procedimientos de los años setenta”.

El pasado 11 de septiembre, Sergio había recibido en su casa a un amigo que no veía hace casi 10 años y se disponía a empezar a hacer el fuego para un asado cuando recibe una llamada en su teléfono móvil, donde le indican que en la escuela 238 necesitan urgente sus servicios de cerrajero.

Eran las 19.30 horas aproximadamente y como estaba ocupado, decidió que iba a enviar a su hijo, pero como a los minutos recibió un nuevo llamado diciendo que era urgente, junto a su amigo decidió hacerse presente en la escuela primaria 238, aproximadamente a las 20 horas.

García llegó en su vehículo Volkswagen Gacel hasta un estacionamiento frente a Transporte Rincón, en la Avenida 20 de diciembre, en inmediaciones de dos escuelas, la 238 y el secundario CPEM 24.

Dentro de la escuela se acercó hasta el director del establecimiento y éste le indicó que nadie lo había llamado, y ante la insistencia del que a el lo habían llamado, le consultaron a las porteras, quienes también señalaron que no sabían nada.

Pensando que alguien le había realizado una broma, salió enojado del lugar y se subió a su vehículo. Al intentar dar marcha atrás, un vehículo marca Corsa se detuvo bruscamente detrás de él y se bajaron del mismo cuatro encapuchados con pasamontañas fuertemente armados.

“Por un momento pensé que me iban a asaltar, realmente me asusté”, indicó García haciendo referencia al momento que vivió, “nos agarraron y me tiraron a mi y a mi amigo al piso y nos dieron unos buenos golpes”.

Tirado en el suelo, García relata, que recibió un fuerte golpe en su cabeza contra el piso y comenzó a sangrar, y simultáneamente le brindaron patadas, los supuestos policías vestidos de civil.

Al momento de tirarlos al piso, los pusieron de espaldas al vehículo y escucharon que unos de los agentes decía “estás hasta las pelotas con la falopa”, haciendo referencia a que habían encontrado droga, la cual en todo momento García niega que fuera de él.

Según afirmó su abogado, Roberto Berenguer, en el expediente dice que encontraron “25 papeles envueltos en papel glasse, de esos que venden en las librerías, con cocaína, bolsas con marihuana, un rayador de queso de los grandes y una balanza electrónica” debajo de uno de los asientos del vehículo del imputado.

Sergio reconoce que el es consumidor, pero nunca comercializó, afirmando: “yo soy el envase, nunca trafiqué ni nada por el estilo”, reconoce que “se fuma dos o tres porros por semana y cada tanto una bolsita de coca, y ese es mi problema”.

De acuerdo a lo relatado por su abogado, el expediente empieza diciendo “que a través de un llamado anónimo de una mujer que indicaba que un señor le vendía drogas a los chicos en la escuela, fue que un grupo se hizo presente en el lugar”, a lo que su abogado indicó que no existió orden del juez, ni hubo ninguna investigación previa, a lo que afirma que el procedimiento es nulo, a parte de que su defendido no tiene antecedente previos, por eso le permitieron excarcelarlo, luego de estar cinco días detenido, previo pago de una fianza de 3.000 pesos.

“Este hecho es para tener miedo” dijo el abogado de García, “hay muchas irregularidades, y este procedimiento me hace recordar a los procedimientos de los años setenta”.

Así mismo García afirma que si el hubiera tenido algo que ver se hubiera ido de Rincón, lugar donde vive hace más de 14 años junto a su familia.

La causa se encuentra en proceso en el juzgado federal número dos de Neuquén capital y Berenguer piensa que se va a resolver a favor de su cliente debido a que la causa posee muchos vicios.

En Rincón de los Sauces este hecho generó muchos comentarios opuestos, desde gente que conocía a García, como el cerrajero de Rincón, quizás como consumidor ocasional, y otros totalmente indignados por que alguien vendiera drogas frente a una escuela y anduviera suelto por la calle.