“Felipe Sapag decía que no puede haber liberación nacional si no existe autonomía de las provincias. Por eso, yo también digo desde el interior profundo que no puede existir una provincia autónoma si no reflotamos las economías regionales y, específicamente, nuestras raíces”, afirmó el vicegobernador Rolando Figueroa, en ejercicio del Poder Ejecutivo, durante su discurso en Bajada del Agrio donde participó de la apertura de la XXVII Fiesta del Agricultor y II del Río Agrio junto al intendente Ricardo Esparza en el campo de jineteada de la localidad.

Figueroa valoró el 23 de febrero el respeto y homenaje al hombre de campo, “no solo haciendo una fiesta sino a partir del reconocimiento a sus tradiciones”. Por eso recordó la figura de Felipe Sapag, a poco de cumplirse 102 años de su natalicio, “quien a cada uno de los habitantes del interior profundo, cada vez que nos abrazaba nos hacía sentir que íbamos a seguir logrando nuestros objetivos”.

“La neuquinidad es la que siente cada neuquino, pero fundamentalmente los de tierra dentro que saben amar la tierra y las raíces del Neuquén”, dijo el vicegobernador; y en este sentido homenajeó a la figura de Milton Aguilar poeta neuquino nacido en Bajada del Agrio, porque fue “un hombre que, independientemente de dónde estaba, siempre se acordaba de su gente gaucha. Él decía, inclusive, que estando en otros lugares extrañaba las caricias que le daba el viento que soplaba por el Agrio. La extrañaba, y la extrañaba de verdad”.

Tras el izamiento de las banderas y la entrada de los montados junto a las herramientas de trabajo de los hombres y mujeres del campo, los payadores dieron inicio a la Fiesta que homenajea el trabajo de quienes realizan su labor a la vera del río Agrio.

La Fiesta del Agricultor es un encuentro cultural y popular que rinde homenaje a los trabajadores de la tierra, quienes forjan su identidad en la venta de productos agrícolas y comenzaron a comercializar su producción por el año 1989 en Zapala. La Fiesta del Río Agrio homenajea uno de los principales efluentes del río Neuquén, que nace en el volcán Copahue, y permite a cada poblador de la cuenca disfrutar de sus caudalosas aguas.