
En el marco del 41º aniversario del último golpe de Estado cívico-militar ocurrido en la Argentina, este 24 de marzo se llevará a cabo la colocación de las “baldosas por la Memoria” de Ricardo y Enrique Sapag.
La ceremonia se llevará a cabo este 24 de marzo a partir de las 11 horas frente al Colegio San Martín en el cual ambos cursaron sus estudios secundarios, sito en Av Argentina 935 de la ciudad de Neuquén. Por parte de la familia, participarán del acto el diputado provincial Luis Felipe Sapag y su hermana Silvia, hermanos de Caíto y Enrique.
La conmemoración se realizará por iniciativa del Diputado nacional Darío Martínez conforme lo establecido por la Ordenanza Municipal N°11,281/09, sancionada por el Concejo Deliberante de esta ciudad. Además, la actividad fue declarada de interés del Poder Legislativo por unanimidad durante la sesión del 22/3.
El diputado provincial y hermano de Caít y Enrique, emocionado, se refirió al respecto en la sesión: “Hoy parecería absurdo. Fueron épocas muy distintas. No es un justificativo, pero los que estuvimos en la tendencia revolucionaria, no nos arrepentimos, fue el momento. En ese momento no había posibilidades de militancia y en nuestra familia hubo una reflexión dentro del dolor: ver qué hacíamos". Y concluyó: "Esa decisión la marcó Felipe y fue con su vuelta a la política. Gracias a la Democracia hoy estoy aquí".
Ricardo "Caíto" Omar y Enrique "Ique" Horacio eran los hijos más chicos de Felipe Sapag cinco veces gobernador de Neuquén y fundador del Movimiento Popular Neuquino, y se incorporaron a la Juventud Peronista antes del golpe militar de 1976. Fueron asesinados durante la dictadura que se instaló en el país después del 24 de marzo de ese año. Ricardo murió en junio de 1977 y Enrique en octubre de ese año, a los 24 y 19 años.
La iniciativa "Baldosas por la Memoria" permite visibilizar la memoria en el barrio y dejar una marca en la ciudad para todas las generaciones. Cada homenaje permite reivindicar la militancia de los detenidos-desaparecidos con el fin de traerlos de vuelta al barrio, a la ciudad y a la vida. Cada baldosa deja una marca, una huella en los familiares y refleja un proceso de memoria que está en continuo movimiento y construcción.
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