Parece que nadie está exento de la inseguridad en Rincón. El pasado domingo 20 de octubre, la titular del Juzgado de Paz, Silvia Elizate, sufrió en carne propia el robo de su vivienda, ubicada a tan sólo cien metros de la Comisaría y cincuenta de la plaza central y el Concejo Deliberante.
En un golpe audaz y sin precedentes, los delincuentes ingresaron entre las 9,30 y las 13 horas, aprovechando que los moradores habían viajado temprano a la ciudad de Cutral Có por asuntos familiares, y consiguieron llevarse algunos electrodomésticos y varios objetos de valor, entre los que se pueden mencionar computadoras, aparatos de DVD, una cámara fotográfica, relojes y pulseras, entre otros elementos.
Consultada por este medio para saber si habían roto algún vidrio, la jueza declaró que no, que “forzaron una puerta que yo había dejado abierta y que mi esposo había cerrado en el momento en que sacó a los perros.”
La jueza tiene dos perros, un dogo y un maltés que habrían sido corridos con un escobillón por los intrusos para poder ingresar a la vivienda. Ya en el interior dejaron un gran desorden, sobre todo en el comedor, el vestidor y la habitación, sitio en que dejaron el escobillón y varias piedras.
Grande fue la sorpresa de los dueños de casa al ingresar y encontrarse con todo revuelto. De inmediato dieron aviso a la policía, que pudo recolectar varias huellas digitales que ya fueron enviadas a la ciudad de Neuquén, mientras trabaja en hipótesis propias para tratar de dar con el paradero de los malvivientes.
La vivienda de la titular del Juzgado de Paz no posee ningún sistema de alarmas porque “siempre dejamos cerrado, tenemos a los perros y estamos a media cuadra de la Policía, pero parece que ahora nos tocó a nosotros”, completó Silvia Elizate.
En el último mes se han producido más de 60 denuncias de robo y hurto en la localidad. Varios interrogantes se han desatado sobre la inseguridad que castiga a diario a distintos sectores de la ciudad, sobre todo, porque el personal policial parece no ser suficiente para prevenir futuros delitos.
En el momento del robo a la jueza, había sólo cuatro policías de guardia, para una ciudad que ya supera los treinta y cinco mil habitantes y por la cual ingresan a diario centenares de personas desconocidas.