A nadie le sorprende que las calles de Rincón de los Sauces dejen mucho que desear. Sólo basta recorrer la ciudad después de una tormenta para ver los pozos y las huellas que deja el agua a su paso para confirmarlo.

Desde el municipio, el Secretario de Servicios Públicos, José Márquez, nos manifestó que se hace lo posible, con los recursos disponibles. La municipalidad cuenta con un solo equipo vial de varios años de antigüedad, demorándose hasta un mes en reparar determinadas arterias de la ciudad.

Además, Márquez agregó que “tampoco los vecinos colaboran demasiado, ya que algunos lavan sus vehículos en las calles de tierra y dejan correr el agua, haciendo grandes pozos y barro”, dijo.

Pero el estado de las calles no sólo es deplorable en tiempos de tormentas. Cuando no llueve, la ciudad se ve impregnada de un polvo volátil que forma nubes considerables con el transitar de los vehículos y desalienta cualquier intención de pasear por la ciudad.

“Tendrían que arreglar las calles, son un desastre. No riegan nunca, no pasan la máquina”, relataba una colérica vecina de la ciudad.

“Yo vivo en el oeste, no se puede ni andar por las calles de la polvareda que hay”, indicaba Gladys otra vecina enojada agregando que “Además, los autos pasan a toda velocidad, es una vergüenza”.

Desde el municipio sostienen que se cuenta con 4 camiones regadores, pero sólo dos se encuentran en funcionamiento. Ambos vehículos recorren las calles permanentemente en su horario habitual de trabajo, ya que los choferes, ante la crisis presupuestaria del edificio comunal, no están autorizados a realizar horas extras.

Para intentar darle una solución al problema del polvo volátil, y gracias a una donación de una empresa de áridos, en los próximos días se comenzarán los trabajos de relleno con calcáreo, en las arterias principales de la ciudad.

Si bien esta no es la solución definitiva, puede ser un paliativo para los vecinos de Rincón, hasta que se concrete la tan promocionada y anhelada obra del asfalto.