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Crisis gastronómica

Decenas de comercios gastronómicos y empleados peligran su actividad debido a la fuerte competencia que ha impuesto La Anónima con su baja de precios intempestiva en su patio de comidas.

Es cierto es que durante muchos años, por no decir históricamente, la ciudad se caracterizó por tener altos costos a la hora de comer. Con la política actual de precios que aplica La Anónima en su patio de comidas, hoy se puede comer por menos de 10 pesos. Se vislumbra una grabe crisis gastronómica debido al gran abismo de precios impuesto por este hiper.
Las empresas petroleras deben pagar las comidas a sus empleados, en algunos casos les dan el dinero o tickets, y otros poseen contratos con restaurantes, rotiserías o servicios de catering. Aprovechando esta necesidad constante, los valores se fueron incrementando, a tal nivel que el público en general se le hacía imposible comer a un precio razonable.
Desde la apertura de La Anónima en septiembre del año próximo pasado, muchos pensaban que iba a ser una competencia fuerte, pero no, no tuvo el impacto esperado, y todo siguió como estaba. Para comer en un restaurante no se bajaba de 35 pesos, y se podría llegar a pagar hasta 60 pesos por persona, con vino y postre.
Lo cierto es que La Anónima abrió sus puertas y esperó que la gente decida, y aunque tenían precios razonables, por debajo de la media de todos los comercios gastronómicos, no funcionó. El público en general tenía la opinión de que era caro.
Por otro lado los comercios del paseo de compras, que realizaron una importante inversión, pagando altos alquileres, no vieron pasar la cantidad de público estimada.
La anónima, luego de recibir quejas incesantes por parte de los locatarios del paseo, tomaron medidas, entre las cuales descontaron en algunos casos hasta un mes y medio de alquiler, y rebajaron el costo de las rentas hasta en un 35%. Esto no fue suficiente, ya hoy tres locales cerraran sus puertas y se retirarán del paseo.
Entre las decisiones de mejorar el paseo de compras y la cantidad de cubiertos del patio de comidas, los directivos del Hiper arremetieron con todo, como para que no falle. Desde comienzos de marzo aplicaron un abrupto descuento en todos los productos que se ofrecen en el patio de comida, donde en varios casos superaron el 50% de descuento, cuando un agua mineral costaba 4 pesos, ahora sale tan sólo 2, cuando comer lo que sea no bajaba de 20 pesos, ahora se puede comer abundante y bien por tan sólo 10.
Obviamente, que tan sólo con esta decisión se podría haber llenado, pero sumaron publicidad de las ofertas en radio, y sumaron un folleto con algunos descuentos para el paseo, que según comerciantes no tuvo ningún tipo de impacto.
Es un combo, que no puede fallar, precios súper bajos, publicidad en radio, más el comentario de la gente que dicen repetidamente “podés comer por 10 pesos y salís que explotás”.
La contra cara de esto es un sin fin de comercios que sufren este golpe bajo, que podría llegar a ser llamado por expertos juristas “abuso de la posición dominante”, aunque demostrar esto y lograr multar a esta empresa sería algo complejo, no obstante no es imposible. Si continúan con estas prácticas comerciales, donde están comercializando por debajo del costo, o por muy debajo del precio más bajo de toda la ciudad, podrían llegar a enfrentar una demanda, que ya está en boca de muchos de los comerciantes gastronómicos de la ciudad realizarla.
Como contrapartida varios de los actores del sector gastronómico se vienen reuniendo para tomar una decisión en conjunto. Inicialmente optaron por ofrecer menús más económicos desde 18 pesos, pero dicen que le es imposible llegar a los valores ofrecidos por La Anónima, por que no cubren los costos operativos.
“Comparando meses anteriores, llevo una baja del 60% en mis ventas y realmente no se que hacer para cubrir los costos. El pago del alquiler llega todos los meses y los sueldos también.”, nos decía Isaac Jatún, propietario de una importante parrilla.
“Es una competencia desleal lo que están haciendo, ni en Neuquén se consiguen los precios que han puesto. A mi personalmente me han bajado las ventas más de un 30%. Por suerte el delivery funciona bastante y nos ayuda”, relataba Marcelo, el propietario de una conocida Pizzería de la ciudad.
Volviendo al pasado, observando lo que sucedió cuando arrancó la primera sucursal de La Anónima en la ciudad, la gente esperaba afuera, antes de que abran las puertas, luego, al entrar compraban lo que sea, pensando que todo era oferta, sin importar que. Podemos recordar imágenes donde salían con miles de valijas, parecía un aeropuerto, por que estaban de oferta. Miles de kilos de pan por que sólo salía un peso. Los comerciantes tenían miedo, y decían que esto dañaría a los mercados, carnicerías y panaderías. El temor sólo duró un mes. Al pasar no más de treinta días, el pan salía 3 pesos como en cualquier otra panadería y la carne estaba al nivel de cualquier carnicería.
Hoy La Anónima puso todas las fichas sobre la mesa, esperando cambiar los hábitos de consumo de la población, cosa que parece que de apoco está logrando. Por otro lado los altos costos fijos que tienen que soportar los comercios gastronómicos como restaurantes, parrillas y rotiserías, sumado a la baja venta, ya que la gente está probando las bondades del patio de comidas, han logrado poner en serio riesgo su actividad.

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