El rally que se disputó entre viernes y domingo, agotó las reservas en los hoteles de la ciudad. Desde días anteriores al evento, ya no se conseguían lugares para el fin de semana.
Con tarifas que casi rondaban desde 120 a 400 pesos, no quedaban lugares, no importaba donde, solo se quería un lugar para dormir.
Muchos se ubicaron en casas de amigos, donde algunos vecinos pudieron disfrutar estos días de los ruidos de motores desde temprano. “Eran como las ocho de la mañana cuando empezaron a acelerar y me sacaron de la cama. Parece que acá al lado montaron un taller”, contaba un vecino.
Aunque los horarios de las comidas estaban sujetos a los espacios libres brindados por la organización, muchos de volcaron a comprar comidas hechas en supermercados, rotiserías y confiterías aledañas a la plaza.
Se calculó que más de 1000 personas pasaron por Rincón de los Sauces para participar de las pruebas automovilísticas, tanto como protagonistas, acompañantes o como simples amantes de este deporte tuerca.
También algunos organizaron asados en casas, y en el parque cerrado mismo, donde disfrutaron en famlia compartiendo los momentos viviendos en la competencia de Rally.