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Mina de potasio: Mendoza se quejó en Londres

El Geógrafo Marcelo Giraud participó de la reunión anual de la empresa Río Tinto en Londres, para protestar por la posible contaminación que causaría en la zona. Lo más importante son las altas pilas de sal que quedarán a la vista sobre la cuenca del río Colorado, pudiendo elevar su salinidad.

La Asamblea Mendocina por el Agua Pura llevó sus reclamos a Londres, el pasado 17 de abril se realizó la reunión anual de accionistas (AGM, por sus siglas en inglés) de la minera multinacional Río Tinto, en el Centro de Conferencias Queen Elizabeth II en Londres Inglaterra.
Como parte de un grupo de representantes de comunidades afectadas por las actividades de la empresa y activistas que participaron de la reunión, participó Marcelo Giraud, geógrafo, miembro de la Asamblea Mendocina por el Agua Pura, y Luis Manuel Clips, periodista, miembro de la Asamblea Patagónica Contra el Saqueo y la Contaminación, para plantear argumentos en contra del proyecto de explotación de Potasio Río Colorado, que la empresa pretende llevar adelante en la provincia de Mendoza.
Dicho proyecto dejaría a perpetuidad un residuo de sal de 210 hectáreas por 40 metros de altura, que implicaría graves riesgos de contaminación del cercano río Colorado, utilizado aguas abajo para consumo humano y riego de 150.000 hectáreas en Neuquén, La Pampa, Río Negro y Buenos Aires. Debido a esto, cuatro organismos estatales dictaminaron en su contra y la Defensoría del Pueblo de la Nación investiga el problema.
En Argentina hay reservas gasíferas probadas para sólo 8 años, pero Potasio Río Colorado requeriría 1 millón de m3 de gas por día, equivalente al consumo residencial, comercial y oficial de toda la provincia de Mendoza, y a un tercio de lo que Argentina importa hoy de Bolivia. Para crear 386 empleos en Mendoza, la mina gastaría la misma cantidad de energía que la industria mendocina utiliza para 16.100 empleos. Los ingresos para el estado provincial y los trabajadores serían ínfimos comparados con multimillonarias ganancias que la empresa enviaría a Inglaterra y Australia.
En el grupo de protesta estuvieron presentes representantes de Bougainville, que se oponen a la reapertura de la mina de cobre Panguna (Río Tinto debió retirarse de la isla luego de una protesta contra la mina que derivó en una guerra civil, en 1989). Estará Benny Wenda, representante de los afectados por la mina de oro y cobre Grasberg (cuyo 40 por ciento pertenece a Río Tinto) en Papua Oriental. Susan LaFernier, indígena de la comunidad Keenaway Bay, y Gabriel Caplett, del grupo de activistas Yellow Dog Summer, de Michigan, Estados Unidos, levantarán argumentos contra el proyecto de níquel Eagle (a cargo de la subsidiaria de Río Tinto, Kennecott Eagle Minerals). La Renewable Resources Coalition de Alaska, participará con la denuncia de proyecto de cobre Pebble a cargo de la minera Northern Dynasty, en la que Río Tinto posee un 10 por ciento del paquete accionario.
Por la tarde el grupo ofreció una charla pública en el Centro para los Derechos Humanos de Amnesty International. La reunión fue coordinada por Geoff Nettleton, de la London Mining Network (red de organizaciones y personas que apoyan a comunidades afectadas por la minería desde Londres), y contó con la presencia del periodista e investigador Roger Moody, quien dió una introducción sobre las empresas mineras de Reino Unido que operan a nivel global.
La organización del evento estuvo a cargo del grupo local People Against Rio Tinto and Subsidaries (Pueblos en Contra de Río Tinto y Subsidiarias, Partizans), que denuncia el accionar de Río Tinto, en materia de derechos humanos, corrupción y medioambiente, desde 1978. Participarán también organizaciones como el Mineral Policy Institute (Australia) y Friends of the Earth (Reino Unido).

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