El pasado sábado 8 de marzo, un matrimonio y sus dos hijos fueron desalojados por un grupo de individuos, que sin previo aviso y por medio de maltratos, arrojaron ropas, artefactos eléctricos y demás posesiones fuera de su casa.
Efectivos policiales de la Comisaría 35 se hicieron presentes en el lugar. Algunas versiones indicarían que los uniformados “estaban cruzados de brazos”, aunque una fuente allegada a la fuerza indicó que cuando la presencia policial se hizo efectiva, el hecho ya estaba consumado.
Actualmente existe una denuncia radicada en la fiscalía de Neuquén Capital, pero según declaraciones del comisario de Rincón de los Sauces, Juan Carlos Villena, los damnificados no radicaron denuncia alguna en su Comisaría. “Se los invitó a que hicieran la denuncia, pero el hombre (el damnificado) se negó” afirmó el comisario.
De acuerdo con algunos testimonios recogidos por El Periódico de Rincón, estas personas estarían viviendo en el lugar, a través de un contrato de palabra con el supuesto dueño de la propiedad. Aparentemente tras una supuesta falta de pago, el hipotético titular de la propiedad habría optado por el desalojo por sus propios medios, no como marcaría la ley. Pero se supo que este conocido vecino de la localidad, no estuvo presente durante este hecho, sino que estuvo a cargo de algunos de sus hijos y allegados.
Según trascendió “la casa era un caos”, incluso se supo que los agresores no habrían tenido consideración con los menores que se encontraban en la casa. Una fuente consultada agregó: “me enteré que le pateaban la mamadera al nene de un lado al otro y el pobre la seguía para todas partes”.
Una vez realizado el desalojo, los individuos cerraron el lugar y abandonaron la escena. Pasaron algunas horas hasta que finalmente alguien se solidarizó con estas personas.
El municipio de la ciudad aportó una camioneta para que se trasladen, asimismo dispusieron de un lugar para que almacenen sus pertenencias. Un comerciante de la zona les ayudó alquilando una casa, para que la familia habite hasta llegar a mejor puerto.
Los damnificados no quisieron realizar declaraciones, solamente aseguraron que el hecho ocurrió, y lo único que les interesaba era “agradecer a todas las personas que les brindaron una mano desinteresadamente”.
El comisario Villena agregó que si existiese alguna irregularidad en el accionar policial, espera que la justicia lleve a cabo la investigación pertinente. Asimismo desmintió algunas versiones que indicarían, que el día que habría sucedido este desalojo, tanto el comisario como el subcomisario no se encontraban en la ciudad, y agregó: “siempre se queda uno de los dos”
Muchos interrogantes rondan a este hecho barbárico que dejó a toda una familia en la calle. La verdad sin embargo se inclina a demostrar, que la falta de comunicación y la impunidad fueron las causantes de este incidente. La mano caritativa de la solidaridad brindó un haz de luz en un lugar, que cada vez se parece más a un oscuro lejano oeste.
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