
Francisco Leocadio Sánchez
nació en Los Molles, provincia de San Luis, de pequeño vivió en Buenos Aires para luego residir en Centenario trabajando de carpintero para una obra. Luego de terminada la obra se dedico a armar prefabricados trabajando para grandes obras hidroeléctricas como Futa Leufu, Arroyito, Picún, etc.
Según nos contó, su verdadero oficio es la Panadería. De muy chico comenzó a trabajar en panadería cuando residió en Buenos Aires. Así fue que luego de ahorrar lo conseguido trabajando con prefabricados, volvió a lo que fue su primer oficio e instaló una facturería en centenario.
Corría el año 75 cuando un día el señor Pedro Sánchez, quien había sido intendente de Rincón, y residía en Centenario se acerca al negocio de nuestro entrevistado para hacerle una propuesta. Fernando nos contaba: “Así es que un día vino y me dijo: Escúcheme, le vengo a ofrecer un negocio, le vendo mi panadería en Rincón. Y así fue que conocí Rincón, me vine a laburar en la panadería esto fue en el año 1976.
La panadería siguió funcionando hasta el año 1994 cuando Francisco Sánchez decide volver a Centenario, para luego volver a Rincón a para instalar un lavadero de ropa.
Francisco está casado con Rosa Urrutia y tienen 3 hijos, Julieta de 28 años, Jorge de 26 y el mas chico Martín de 21, todos nacidos en Rincón.
Cuando le preguntamos como veía a Rincón en la actualidad nos contaba: “Rincón ha evolucionado mucho, a pasos agigantados. Cuando yo me vine, acá no había nada. Nosotros le calculábamos unos 20.000 habitantes en la actualidad y resulta que hay como 30.000. No, muy bien, yo creo que todos los cambios en Rincón son para bien.”
“Imagínate, en aquél entonces cuando llegué a rincón, fue por un camino de huella, salimos a las 2 de la tarde y llegamos a las doce de la noche”, nos contaba rememorando viejas épocas.
A su vez, con la consigna de que imaginara Rincón dentro de 20 años, nos decía: “Yo creo que rincón va a seguir creciendo. Hay una cosa que yo siempre hice hincapié, ya en aquel tiempo, que rincón tiene que buscar algo alternativo, que no dependa únicamente del petróleo, que bueno, hasta ahora no se ha logrado, pero yo creo que esa sería la solución. Supongamos que dentro de 50 años, en la medida que el petróleo vaya disminuyendo, no que se acabe, porque no creo que se termine, pero si que haya menos, tiene que haber un equilibrio, otro tipo de actividad para mantener a la población estable, y que rincón no dependa solamente de los ingresos que le da el petróleo”.
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