El presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Fabián Tarrío, anunció el miércoles 24 de enero que junto a los titulares de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), Armando Cavalieri, y el de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Jorge Di Fiori, firmaron el ajuste del saldo previsto en la paritaria de comercio de 2017, es decir la "cláusula gatillo".
De esta manera, por haber superado la inflación el 20% el año pasado, este mes acordaron el pago de un 6% complementario remunerativo con la siguiente distribución: 2% en enero, 2% adicional en febrero y 2% más en marzo.
A su vez, la parte empresaria solicitó al Ministerio de Trabajo la reapertura de paritarias 2018, que entraría a regir a partir de abril, ofreciendo un incremento de hasta el 15% en línea con el pedido del Gobierno y sin cláusula gatillo para 2018. Según anunció CAME, "El sindicato tomó nota de lo solicitado" por la patronal.
Ni los empresarios ni las provincias están cómodos con la cláusula gatillo porque les desbalancea los presupuestos y los obliga a traer costos del año pasado al ejercicio presente. Y además complica la relación con los trabajadores, porque lejos de terminar discutiendo los acuerdos salariales sobre la inflación del futuro, como pretendía el Gobierno con el anuncio de la meta inflacionaria, sino que se suman dos negociaciones: la de la cláusula gatillo, que discute la inflación pasada, y la paritaria de este año, generando el doble de roces, señaló el portal La Política Online.
Por el contrario, los empresarios ya piden una negociación más firme, que no deje arrastres para 2018, pero con expectativas de inflación más cerca del 20% que del 15%, difícilmente los sindicatos acepten la pauta propuesta por el Gobierno sin mecanismos de actualización posteriores.