Desde hace un año, la Legislatura elevó un 600% los montos de las multas por contaminación, que llevaban más de una década sin actualizarse y desde su sanción la Secretaría de Ambiente no cobró una sola infracción con los nuevos valores.
El secretario de Ambiente, Ricardo Esquivel, explicó que los nuevos montos no se aplicaron porque los trámites para cobrar una multa “tardan mucho”, dijo a Ana Laura Calducci, del diario LM Neuquén.
El funcionario indicó que hay 20 expedientes en proceso para sancionar a las empresas con los nuevos valores, aunque no puede determinar cuándo se resolverán.
Confirmó que tampoco se conformó el fondo previsto en la ley para repartir la recaudación de las multas a los municipios, porque todavía están trabajando en el decreto reglamentario. La norma preveía un tope de tres meses para ese paso. Para el funcionario, los legisladores no tuvieron en cuenta la complejidad del proceso.
La nueva escala de sanciones ambientales tiene un monto máximo de 23 mil JUS, medida equivalente al 1% de lo que gana un juez. Al momento de la sanción, eran 6,4 millones de pesos, pero hoy ronda los 9,6 millones.
Esas cifras millonarias contrastan con la recaudación actual de la Secretaría, de apenas unos 300 mil pesos, El funcionario precisó que para cobrar una multa deben notificar a la empresa, que puede hacer un descargo de rechazo y luego vuelve a reiterarse el pedido y el tiempo va pasando.
Esquivel aclaró que el 99% de los expedientes terminan a la larga con una sanción, porque la cartera no inicia una acusación si no cuenta “con pruebas fehacientes” de que hubo un incumplimiento.
Los cobros en trámite corresponden en buena medida a irregularidades administrativas y solo algunas son por sospechas concretas de derrames de hidrocarburos. En ninguno de los casos se prevé la sanción máxima, sino montos menores. “No somos aplicadores de multas por naturaleza, sino que buscamos la concientización”, justificó Esquivel.
Contó que 8 de cada 10 denuncias de contaminación corresponden a la industria petrolera, porque están más sujetas a derrames o roturas de instalaciones, “que son eventos que ocurren todos los días”.
El problema más recurrente son los materiales corroídos, en los yacimientos maduros. “Ahí tenemos reincidencias porque una misma cañería se rompe en distintos puntos y las empresas se resisten” a invertir en materiales nuevos.
Según Ricardo Esquivel, actualmente hay apenas 300 mil pesos acumulados por multas a las petroleras que incumplen con las leyes ambientales, una cifra ínfima si se tiene en cuenta que la norma aprobada el año pasado prevé sanciones por hasta 9 millones y que las operadoras del sector manejan a diario fondos cien veces más altos. (LM Neuquén).