Policiales

La justicia avanza en la búsqueda del responsable del petrolero electrocutado

Comienza la indagatoria a testigos, responsables de la tragedia y conocedores de lo que llevó a que Luis Alberto Giménez falleciera al cumplir órdenes precisas de sus superiores. Se habla de homicidio por negligencia.

El abogado de la familia del fallecido Luis Alberto Giménez, Marcelo Eduardo Hertzriken Velasco, presentó oportunamente una denuncia y solicitó constituirse como querellante por el delito de homicidio simple con dolo eventual u homicidio culposo contra las personas que cree responsables de su muerte.

A raíz de esta presentación, los días 6 y 7 de abril se realiza una ronda de testimoniales, donde se tomará declaraciones a más de una decena de personas, algunos testigos, otros responsables, otros conocedores de la forma de trabajo, para llegar a dilucidar los culpables de la muerte de Giménez.

Los hechos señalan que el día 22 de enero del 2012 en la estación transformadora de energía eléctrica de Sierra Negra localizada en el yacimiento Los Chihuidos, propiedad de YPF, perteneciente a la red de alimentación de los pozos petrolíferos de la zona, Anibal Arco de la empresa proveedora de servicios AESA-ASTRA, un inspector de YPF que aun se desconoce su nombre y una inspectora de seguridad e higiene Mariana Yenes, pese al fenómeno climático adverso, tres días de lluvia torrencial previa y precipitaciones intermitentes, indicaron que se efectuara el mantenimiento a cielo abierto de equipos de media tensión por parte del oficial Jorge Finochio y el medio oficial Luis Alberto Giménez, respondiendo a un plan denominado “Gestión por compromiso” organizado por Franco Ferrera líder de energía de YPF, en Chihuído de la Sierra Negra.

En la denuncia se da por entendido que bajo presiones se intentaba limitar al mínimo los cortes de energía eléctrica durante el mantenimiento, minimizando la cantidad de horas de pérdida de producción por fallas eléctricas, siendo el objetivo para el año 2012 bajar los índices en cuestión.

Por ello se exigía a los supervisores intervenciones muy rápidas, las cuales con el mismo protagonista y en análogas circunstancias le costaron la vida a Daniel Salvo en el año 2003, el método del actual Jefe de Energía del Área es presionar al personal para que sacrificando rutinas de la especialidad y normas de seguridad e higiene comiencen y terminen antes que en cualquier otra área sus trabajos. “La diferencia podrá establecerse en 10 a 1 y por tal circunstancia recibe premios, ascensos y dinero”, asegura Hertzriken Velasco en su exposición.

En este marco se asegura que “a resultas de tal plan y de tal orden de mantenimiento, concurrieron los dos empleados, uno de los cuales, Luis Alberto Giménez, al acercarse a una de las celdas sobre la cual efectuaría las tareas de mantenimiento, se electrocutó perdiendo la vida de inmediato”.

En su extensa presentación el letrado da más de 10 razones de por que se considera un homicidio el hecho acontecido, entre lo que se destaca que se pudo haber evitado ya que el mantenimiento debía realizarse una vez por año, donde otros supervisores de la zona rechazaron trabajos.

En segundo lugar no se encontraba presente la responsable de seguridad e higiene, ni los firmantes de la orden.

En tercer orden la ausencia de los tres responsables en tal lugar, privando a los operarios de la adecuada individualización de la celda cuyo mantenimiento se ordenara.

Como cuarto lugar la ausencia de identificadores físicos visibles por números o colores, o lámparas luminosas testigo privó además a la cuadrilla de saber cual era la celda que estaba conectada o tensionada y cual no.

En quinto lugar las distancias entre equipos o celdas imposibilitaron el desplazamiento sin riesgo de los operarios entre ellas, una tensionada y la otra supuestamente sin tensión.

Como sexta razón se señala que la práctica de dejar celdas tensionadas, da por entendido que es para no bajar la producción de crudo, siendo una política comercial que sacrifica la seguridad de los empleados por el solo beneficio económico.

En séptimo lugar la empresa no exige al operador de la estación transformadora, que un empleado de General Electric, encargado de destensionar celdas y equipos, indique con su presencia física y consignación mediante vallados, cual es el equipo que tiene tensión y cual no.

En octavo lugar el plan de contingencias no fue respetado y no hubo ambulancia en tiempo inmediato, ni médico ni llamados a emergencias, siendo la persona cargada en una ambulancia, la cual regresó nuevamente al campo.

La novena razón de por que se considera un homicidio es que nadie de la empresa se cercioró que el suelo como los equipos estaban mojados, así como las herramientas y vestimentas y existía peligro de electrocución por conducción en ambiente extremadamente húmedo.

En décimo orden las condiciones adversas y las normas de seguridad, el cambio intempestivo de la cuadrilla y móvil que tenía hace más de dos años, en medio de una discusión entre Giménez y su supervisor Aníbal Arco tampoco favorecieron la práctica laboral en las condiciones apuntadas.

Así mismo en su presentación judicial, el apoderado de la familia solicitó el secuestro mediante allanamiento en oficinas de YPF y de AESA en el departamento de seguridad e higiene, de todas las constancias relativas al suceso, extracción de emails de las computadoras y legajos de todos los involucrados.

Se pide se cite a realizar declaraciones testimoniales a Guillermo Pereyra del Sindicato Petrolero a fin de ratificar sus declaraciones del hecho, a Carlos Torres, Oficial de Baja Tensión, a Edgardo Herrera (AESA), Ayudante Baja Tensión, a Manuel Acevedo (AESA), Oficial de Líneas Eléctricas, a Carlos Sosa (AESA) Supervisor que ordenó no salir a su cuadrilla dadas las condiciones climáticas adversas.

También se cita a todos los compañeros observadores primarios después del accidente, como Claudio Rivas de General Electric, Operador de Estación Transformadora Chihuido, donde fue el accidente, a Ariel Paéz (AESA), compañero natural de Luis, testigo del día anterior al accidente, del cambio de móvil de Luis y del entredicho con el supervisor, porque Luis no quería cambiar de móvil y compañero de trabajo.

Se cita también a Pablo Sepúlveda (AESA) Coordinador Operativo, y testigo del fallo del plan de llamado por contingencias de YPF. Se cayó el sistema de radio. Los teléfonos de emergencia descriptos, no eran los correctos. No se podía comunicar con la ambulancia.

A Mario Inostroza oficial eléctrico de media tensión quien presenció las reuniones en las cuales Franco Ferreira arengaba y presionaba al personal para que cumplieran el denominado plan “gestión por compromiso”.

A Richard Dewey trabajador del área para que diga cuanto sepa relativo al suceso.

La presentación judicial que se realizara oportunamente, la cual desencadena la indagatoria de un extenso listado de personas, pide finalmente que se forme causa y se condene a los autores por el hecho de muerte de Luis Alberto Giménez.

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Autor: Darío Hernán Irigaray

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