Historia

¿Cómo llegó a Rincón el Negro Sireix?

Rinconense casi de nacimiento, amante de la política y militante de toda la vida, se desvive por ayudar a los demás. Debido a un grave problema en su vista y pese a todo, sigue trabajando con la misma energía de siempre.

El Negro Eduardo Sireix nació en Allen, Río Negro, el 11 de enero de 1961, localidad en la que residió hasta que cumplió los tres años y se mudó a Rincón de los Sauces.

En esta zona llegó a vivir con su madre y algunos hermanos a lo de su tía Felicinda Castillo. Corría el año 1964 y los primeros campamentos de YPF se estaban instalando en la zona. Su madre, Asunción Castillo, trabajaba en la empresa Cantoni, en el servicio de limpieza del campamento petrolero.

El Negro dice que terminó la primaria en Rincón de los Sauces y sostiene que tuvo que hacer muchas cosas para vivir. “Yo tenía mucho contacto con la gente de YPF y vendía diarios. Acá, en lo que es el centro, había dos o tres casas nomás”.

Eduardo Sireix tiene muy presente el mundial de fútbol del 78 porque lo vio en nuestra tierra, “era la primera vez que se veía televisión en Rincón de los Sauces, cuando pusieron la antena en el Auca Mahuida y todos vimos el partido por Canal 7. Recuerdo que nos acercamos hasta el Club de YPF, dentro del campamento y vimos el primer partido de Argentina”.

A los 18 años se fue a Cutral Co con la empresa OEA y luego estuvo mucho tiempo en la empresa Owell, en Santa Cruz, trabajando de camionero y haciendo cementaciones. Deambuló por varios lugares hasta que en 1980 se instala definitivamente en Rincón.

Quizás esta actitud ante la vida de rebuscárselas siempre, le despertó una clara vocación social que pudo canalizar a través de la política y a través del Partido Justicialista.

Gracias a su militancia social conoció a su esposa, Roxana Barros. Eran los tiempos de la gestión gubernamental de Carlos Macchi y Sireix trabajaba como coordinador de gobierno. En una de las tantas reuniones partidarias y en contacto con la gente, conoció a Roxana. “Nosotros organizábamos talleres culturales, de costura y tejido y allí nos conocimos”, confiesa.

La pareja se casó el 30 de noviembre de 1999 y tiene tres hijas: Camila de 9 años, Selena, de 6 y Constanza que cumplirá tres en el mes de agosto.
El Negro cuenta que el primer salón comunitario de Rincón de los Sauces fue el de La Costa y que se hizo en conjunto con todos los vecinos “a través de campeonatos de fútbol y vales para recaudar fondos”.

Sireix siempre sufrió de miopía y a finales del año 2004 tuvo un desprendimiento de retina, agravando sus problemas de vista. Primero perdió completamente la visión del ojo derecho y, luego de 6 operaciones, apenas puede distinguir formas, en el ojo izquierdo.

“De aquellos malos momentos tengo un gran recuerdo de “Cachi” Puel que, pese a ser de otro partido político, siempre se preocupó por mi estado de salud, llamándome constantemente por teléfono y ayudándome en todo lo que hiciera falta”.

“Quiero hacer puntual mi problema de la vista, porque hay gente que debe creer que no lo saludo porque no quiero o porque soy funcionario. Pero ocurre que yo no distingo bien, a veces pasa alguien al lado mío y no sé quién es. Quiero disculparme con la gente, porque ya no puedo hacer lo mismo que hacia antes, estando todos el día en la calle y al servicio de todos”.

“Sé que debería tener un acercamiento mayor con gente que tiene problemas de visión como yo, pero por ahora no me parece necesario porque me siento muy acompañado por mi familia, la gente del partido y los siete concejales. Me siento muy cómodo con ellos”.

Con una fuerte vocación social y militancia en “su segunda casa” la unidad básica, Sireix estuvo muy vinculado a las administraciones justicialistas, de García y Macchi. En la actualidad es asesor político del presidente del Concejo Deliberante, Carlos Herrera.

“Yo quiero agradecer porque, pese a mi problema de visión, me han permitido ocupar este lugar, que no es lugar cualquiera, soy asesor político y estoy a cargo de prensa y difusión del Concejo Deliberante, un cargo que me honra, porque es un cargo público y por el cual hago mucho, trabajando todos los días. Eso pueden dar fe los concejales, que me ven a diario”.

El Negro Sireix, como lo llaman habitualmente, dice que a pesar de los problemas por los que está atravesando esta gestión, él está feliz de trabajar con este equipo de gobierno y de estar en el lugar en que se encuentra. “A mí la política me gusta mucho, lo más lindo es hacer laburo social y dentro de lo que puedo colaborar desde mi lugar de trabajo, lo hago”.

“Rincón tiene un gran porvenir. El rubro petrolero va a estar siempre, puede subir o bajar más el petróleo pero no creo que se acabe. Sino fijate Cutral Co o Plaza Huincul. Hasta Catriel decían que iba a desaparecer y siguen subsistiendo”.

“Igualmente, lo que hace falta es implantar industrias. Creo que Rincón va a avanzar y necesita organizarse. También necesitamos más arraigo, que haya gente que quiera el lugar en el que está viviendo”.

Sireix está convencido de que todo es una cuestión de trabajo. También es necesario que los habitantes de la localidad se sientan comprometidos y que no siempre estén mirando al político o al gobierno que hacen mal las cosas.

“Hay que buscar las cosas buenas, si vos buscas las cosas buenas, las encontrás. Fijate, cuando hicimos el primer salón comunitario, el de La Costa, el lugar era anteriormente un nido de ratas y víboras con una casilla abandonada. Pero un día, junto a los vecinos, tomamos la decisión de hacer el salón comunitario, limpiamos todo, sacamos la casilla e hicimos las bases de cemento. Recaudamos plata sin pedir nada al municipio y comenzamos con la obra”.

Asimismo, está seguro que se pueden hacer obras en conjunto con los vecinos y que se necesita un nexo con la comunidad. “Ese nexo era yo, siempre necesitas en el gobierno alguien que tenga relación con la comunidad y que te ayude”.

“Yo le pido a todos que tengan confianza, que se identifiquen mas con Rincón y que lo quieran un poco más. Capaz que es cierto que los políticos nos equivocamos todos los días, pero también hay que decir que dentro de la política hay personas buenas y malas. Yo soy un político de toda la vida y conozco a mucha gente que quizás hoy piensa que he cambiado mi forma de ser, pero no es así, sé que tengo un problema de la vista y voy a salir adelante”.

El Negro Sireix, un tipo querido por todos y con un fuerte compromiso social, que le ha entregado mucho a Rincón de los Sauces y está orgulloso de su trayectoria de vida dedicada a la militancia y a la gente.

Autor: Darío Hernán Irigaray

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