Mario Choque nació el 1 de septiembre de 1963 en Tunuyán Mendoza, tiene tan sólo 45 años, y ha recorrido muchos kilómetros en su vida.
Su historia es tan larga que nos daba la sensación que nos la contaba en tiempo real, pero no, era simplemente un resumen. Ha hecho tantas cosas en su vida, que ni él mismo recuerda todas.
Hasta sus jóvenes 25 años aproximadamente, vivió en Mendoza, junto a sus padres que trabajaban la tierra, aprendió a sentir el campo, paralelamente trabajó en un taller mecánico y aprendió a hacer un poco de todo.
Aunque no terminó la escuela secundaria, siempre quiso progresar y buscó en su vida avanzar hasta un sueño que quizás hoy en día sigue buscando.
Cuando vivía en Tunuyán, tenía un primo que había comenzado a trabajar en una empresa petrolera, por eso, desde siempre, le interesó la actividad petrolera.
Un día leyó en un diario una noticia que decía: “Descubrieron petróleo en cercanías de General Roca”, y la empresa que lo había descubierto era una tal Oxi Service de Argentina, la misma donde trabajaba el primo.
Gracias a unos pocos ahorros, montó su mochila al hombro, con unas pocas cosas, y comenzó su camino hacia el sur, hasta donde habían encontrado petróleo recientemente.
Al llegar a la ciudad de General Roca, fue hasta la empresa que tenía en mente y se presentó ofreciéndose para trabajar en lo que sea. En el momento le dijeron que no había trabajo, pero en quince días quizás abría algo.
En el plazo informado volvió y consiguió su primer trabajo relacionado al petróleo en una empresa de sismografía llamada GSI que trabajaba para la anteriormente mencionada Oxi Service.
La empresa se marchó a Cutral Co para seguir con sus tareas, mientras él se quedó en Roca, esperando que volviera. Como pasó el tiempo y no volvía, nuevamente comenzó a moverse y fue a buscarla donde estaba para continuar trabajando. Al llegar a la comarca petrolera se enteró que la empresa se había trasladado a Rincón de los Sauces, nombre que oía por primera vez.
Vuelve a Roca, ciudad que supo darle un lugar, donde hizo de todo, vendió bolsas de basuras puerta por puerta, trabajo en las chacras, actividad que conoce desde chico, pero no trabajó con un buen ingreso como el buscaba, ya que no había.
Decide nuevamente salir a la ruta y se toma el afamado transporte “El Caminante” rumbo a Rincón de los Sauces. No viajaba mucha gente, nos contaba, “éramos cuatro o cinco solamente, dos de los pasajeros iban a vender bijouterie. “Nos pusimos de acuerdo de alquilar una pieza para los tres y compartir los gastos”.
Estuvo durante una semana buscando trabajo por diversas empresas, era el año 1989, no consiguió nada, y pegó la vuelta volviendo a Roca nuevamente.
Al tiempo logra conseguir un trabajo en una empresa gamelas que prestan servicio de catering en el campo al servicio de empresas petroleras. Con esta empresa viajaba habitualmente a Rincón, y al culminar su contratación buscó trabajo nuevamente en la ciudad, consiguiendo un puesto de Chofer en la empresa Basanta, donde comenzó a familiarizarse con el mundo del transporte.
Al terminarse su trabajo regresó nuevamente a Roca, una ciudad que por esos años no había mucho trabajo, por eso juntó nuevamente sus cosas y se fue a Neuquén capital a buscar trabajo.
Al poco tiempo de llegar, luego de dejar curriculums por todos lados, ingresó a trabajar en Topsy, una cadena de supermercados, donde su actividad era manejar un camión de repartos. Durante tres meses era el empleado perfecto hasta que por hacerle un favor a un compañero, quien le pide que empujara su camión, que no tenía batería, lo choca contra una pared y lo despiden en el instante. “En realidad mi compañero no sabía arrancarlo y yo le dije, empujame con mi camión. Me subí al otro camión, y resulta que luego de arrancarlo me percato de que no tenía frenos. Como estaba casi frente a una pared lo estrellé”, dijo recordando.
De ahí, gracias a un contacto con un amigo entró a trabajar de ayudante de cocina en “El Caracol”, un comercio de venta de hamburguesas en la calle San Martín, donde no llegó a trabajar una semana, por que lo llamaron de la empresa Roman, donde había dejado sus datos.
Inicialmente fue contratado como soldador para el armado de un gran galpón, trabajo que duró unos tres meses, hasta que lo trasladaron a Rincón de los Sauces, donde viajaba habitualmente ya que su casa estaba en Neuquén. En la empresa Roman estuvo durante un año aproximadamente.
Continuó su vida laboral en la empresa Iterfase durante un año aproximadamente, prestando servicios para YPF, hasta alrededor de 1992.
Regresó a Neuquén, comenzó a trabajar en Garbosur, donde manejaba un camión de basura, trabajo que estuvo durante 3 meses.
En su vida siempre el ahorro fue una constante, desde que trabajó en el Transporte Basanta, constantemente soñó con comprarse una camioneta, por eso, luego de ahorrar durante mucho tiempo se compró una camioneta usada, una FORD F100 carrozada con un motor V8 naftero modelo 88. Aunque ya se empezaba a generalizar el uso de vehículos a gasoil, era lo que le alcanzó en ese momento y le dio para adelante.
Con su nuevo vehículo, comenzó a realizar viajes en Rincón de los Sauces, trabajando para empresas como Transporte Salinas, Alicia Peralta o Cureú Leuvú, trabajó para la empresa de gamelas, que anteriormente había trabajado, llevando a su personal.
El motor que tenía su vehículo naftero no era económico, le costaba mucho competir o hacer rentable su actividad, cambió su motor, allá por 1994, por uno gasolero.
Comenzó a viajar regularmente a la ciudad de Rincón de los Sauces, por la vieja ruta de tierra de Crucero Catriel. Como no tenía oficina alguna nos contaba que se paraba en la plaza, con una libretita, y a viva voz ofrecía viajar a Neuquén saliendo el próximo día a las 6 de la mañana. Durante un año aproximadamente realizó este agotador trabajo y dormía en una casilla rodante.
Luego, una persona que tenía un mercado y se ocupaba de organizar viajes, le preguntó si no quería salir todos los días a las 13 horas, debido a que la persona que lo realizaba no cumplía correctamente. Aceptó y estuvo durante casi un año viajando de Rincón a Neuquén y pegando la vuelta.
Allá por el año 1996, en charla con varios transportistas de esa época, que sumaban más de una docena, se juntaron y formaron una empresa de transporte de pasajeros, viajes especiales y encomiendas, llamada TOURS.
Esta empresa marcó la diferencia en el servicio de transporte, ya que comenzó a ofrecer un servicio regular con una importante frecuencia, además de tener una oficina en cercanías de la Terminal de ómnibus de Neuquén.
Como toda sociedad no todos empujaban con la misma fuerza, algunos crecieron más que otros, algunos compraron vehículos y otros se quedaron. Por esta situación se terminó disolviendo allá por 1999.
De esta asociación surgieron Mario Choque y Alberto Reta, socios fundadores de Transporte Rincón S.R.L., quienes empezaron con dos Transit y dos colectivos pequeños de 20 personas. Continuaron viajando, ahora en su nueva empresa, ofreciendo una constante frecuencia además de envío de encomiendas.
Hoy en día la empresa transporta alrededor 18 mil personas al mes, poseen 14 choferes trabajando, 18 personas entre administración, talleres y oficinas al público, 4 colectivos doble piso, 1 de 46 pasajeros y 3 colectivos chicos.
Desde 1996 se quedó a vivir definitivamente en Rincón de los Sauces, luego de ir y venir durante más de 6 años. Actualmente también es propietario de la empresa Turismo Rincón que se dedica a realizar viajes especiales que el mismo conduce, ya que viajar le da placer.
Preguntándole sobre alguna anécdota que le haya ocurrido en tantos años, nos contó: “Algo que siempre tuve, fue que mis pasajeros siempre tenían que llegar. Un año me pararon en un control de transporte, aunque teníamos habilitación de transporte de personal, no servía, por que era transporte de pasajeros. Sabíamos que estábamos en falta. Bajé, llevé los papeles que me habían pedido, y me dijeron que debía dejar el vehículo además de bajar a todos los pasajeros. Fui hasta el vehículo, había un pasajero abajo y le dije, subí que nos vamos, puse primera y llegué a Rincón. Ningún pasajero supo. A los días recuperé los papeles”.
Hablando un poco de su vida personal, nos cuenta que hace tres años vive en Pareja con Claudia Andrea Rubertoni, quien la conoció gracias a un amigo que se la presentó. Junto a ella vieron nacer a su hijo Tomás Lautaro Choque quien recorre su primer año y tres meses de vida.
Al preguntarle cual era el secreto que le había permitido crecer, nos dijo “tal como dice el dicho, el ahorro es la base la fortuna. Toda la vida lo hice, peso que tenía lo metía al banco”.
Con respecto a sus pasatiempos nos dijo que su hijo lo era principalmente. También lo es la chacra, una pequeña parcela ubicada en la salida del pueblo, donde piensa ponerla verde, lugar donde lo entrevistamos debajo de un árbol, mientras veíamos correr el agua que ingresaba desde el canal de riego.