Al mejor estilo hollywoodense explotó un vehículo a pocos metros de una estación de servicio. Se trató de un Ford Falcon color blanco, quien era conducido por Luis Valenzuela, de 54 años de edad.
Debido al siniestro, el conductor sufrió graves quemaduras, que según indicaron autoridades sanitarias serían de tercer grado. El vehículo quedó todo quemado en su interior.
Según apreciaciones de los médicos del hospital local, Valenzuela tendría los brazos y rostro afectado por quemaduras de tercer grado y las vías respiratorias comprometidas, pudiendo estar en riesgo su vida.
Por su gravedad, el mismo día, por la tarde, se realizó su traslado a Neuquén capital.
Según trascendió desde las autoridades policiales y varios medios que estuvieron presentes, el conductor llegó a la estación de servicio poco después de las 17 y cargó combustible, al momento de intentar encender el vehículo, el motor no respondió y por más de que lo intentó varias veces, el auto no arrancó.
El hombre movió el auto empujándolo a pocos metros de los surtidores de naftas, se bajó para comprar un bidón de combustible de aproximadamente cinco litros. Luego se metió dentro de su vehículo, cerró todos los vidrios y a los pocos segundos el habitáculo explotó.
Varias personas presentes al momento del hecho relataron que el hombre dijo "le voy a prender fuego a este auto" pero nadie le dio importancia hasta que ocurrió lo que pasó.
Lo más extraño fue que el conductor no quiso ser retirado del vehiculo y que deseaba morir allí.
En conclusión fue un hecho trágico, que podría haber llegado a mayores, debido al haber sucedido a metros de una estación de servicio.