Un delincuente armado aparentemente con un revolver 22 milímetros, ingresó a un local de la Avenida General Mosconi en cercanías de la Plaza General San Martín para intentar perpetrar un robo y llevarse la recaudación del día, cosa que no ocurrió.

Habitualmente en el local atienden al público dos personas de sexo femenino, una joven de 25 años y otra persona mayor de 40 años aproximadamente.

El malhechor inmediatamente se dirigió detrás del mostrador donde tomó a una de las dos empleadas del brazo y apuntó con el revólver presionando sobre su vientre. La otra empleada instantáneamente activo la alarma silenciosa que llamó a la policía, y seguidamente gritó, por lo que el asaltante colocó el arma sobre su frente. Sin pensar y a modo de defensa, por la indignación vivida, la señora cacheteo al ladrón y lo empujó del otro lado del mostrador. En el mismo momento ingresó gente al lugar y al verse sorprendido se dio a la fuga.

La policía concurrió al sitio brevemente, pero el criminal ya se había retirado y no se pudo hacer nada.

“Yo me quede muda, tenía la pistola en la panza y no pude hacer nada”, acotó la víctima que inicialmente fue apuntada con el revólver.

“Yo no se que me paso, la verdad que ahora al pensar lo que hice me digo por que no le di la plata, mirá si me disparaba”, nos comentó la señora que le pego y cacheteo al ladrón, quien quiso preservar su identidad.

A raíz de este intento de robo, es que colocaron rejas y trabajan ahora todo el día encerrados.