Mientras los chicos se bañan alegremente, a escasos metros del lugar y dentro del mismo canal, tripas en descomposición de algún animal sirve para juntar moscas y gusanos, infectando las aguas donde nadan los pequeños.
Los chicos manifestaron que “siempre nos bañamos en el canal, ahora trae poca agua, pero a veces está más bueno cuando está más hondo”. Al parecer, los padres están al tanto de la situación, pero parece que poco les importa porque entre los menores no hay un responsable que los cuide.
El escenario parece que se repetirá durante el verano y que cada vez más chicos eligen las aguas del canal para refrescarse. Ahora, hay que tener en cuenta, que el agua está altamente contaminada y que los riesgos de contraer enfermedades es algo real para quienes se exponen a dicha situación de riesgo.
Un detalle que agrega peligrosidad al tema, es que en un momento el canal está entubado y de manera subterránea, es allí donde hay una reja que sirve contención a residuos arrojados, pero también puede contribuir de trampa, imposibilitando la salida de las aguas de los menores que se bañen cerca de ese sector.