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Casinos, un problema

Constantemente los ludópatas concurren a estos establecimientos, que a parte de empobrecer también destruyen familias. Desde el concejo deliberante intentan ordenar la actividad, los dueños de los casinos se preocupan.

Las Vegas dicen que comenzó siendo un desierto, un lugar alejado de las grandes urbes donde las chicas fáciles y el juego fue el puntapié para su crecimiento. Algunas personas opinan que este podría ser el futuro de Rincón de los sauces, luego de que se acabe el petróleo, en cambio otras personas insisten en que tendrían que desaparecer.
Los casinos se encuentran abiertos las 24 horas. Según trascendidos se conoció que dejan menos de 4 mil pesos por local, y se llevan miles de pesos al mes hacia otros puntos del país.
“Más de una vez al pasar por la plaza vi a señoras con bolsas del mercado ingresando al casino que seguro van a tirar unas fichitas”, nos decía un vecino. “Si vas una vez cada tanto siempre vez a la misma gente, es una enfermedad, se gastan hasta a lo que no tienen y llegan hasta a pedir prestado”, nos decía un visitante de una sala de juego.
Hace días atrás se informó desde el Concejo Deliberante acerca de un proyecto de ordenanza donde pretendían ordenar la actividad y salió publicado en este periódico una nota en relación. A raíz de esta nota se generó un movimiento intenso por parte de los propietarios de los casinos donde veían en peligro su actividad y se acercaron a conversar con diferentes servidores públicos. Claro está que su interés se debió a la apreciación de los valores que supuestamente deberían pagar, donde tentativamente superarían los 20 mil pesos mensuales.
Según se conoció extra oficialmente, desde provincia se habrían puesto en contacto con el Ejecutivo Municipal para averiguar que sucedía sobre este tema, ya que aparentemente los habrían llamado los dueños de diversos casinos que veían acorraladas sus ganancias.
Después de idas y venidas aún no definió nada, no se ordenó el tema, todo sigue igual, y los casinos felices continúan facturando.

Autor: Sin uso 4

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