Ex combatiente de Malvinas, oriundo de Morón, provincia de Buenos Aires, llegó hace 12 años invitado por un amigo de la infancia para ayudarle a terminar de construir una vivienda. Sus pertenencias en ese entonces eran tan solo una guitarra y un bolsito con ropa.
Su primer trabajo fue de taxista, con el cual conoció a gran cantidad de gente. “En ese entonces había unos 15 coches de alquiler, entre taxis y remises”. Además agregó: “yo trabajé 6 años allí y es uno de los trabajos más crueles, pero te deja satisfacciones, aprendés a hacer el pesito, moneda a moneda, así como uva a uva se va el parral, uva a uva se hace un parral”, afirmó.
Nos contó que “acá conocí a mi mujer, con la cual tengo dos hijos varones, Walter Emanuel de 4 años y Carlos Antonio de 9 años, también tengo otro hijo de una pareja anterior, de 20 años, que se llama Jorge Rodolfo”. Con respecto a su paso por el Ejercito y la guerra de Malvinas, sostuvo: “a mi me tocó hacer el Servicio Militar a los 18 años, perteneciendo al Batallón de Infantería Marina en Tierra del Fuego, cuando fue lo de la guerra llegamos 2500 hombres a ese suelo, sabiendo a lo que íbamos, si bien nunca habíamos estado en una guerra, sabíamos a lo que íbamos”.
Actualmente trabaja como cadete en el Concejo Deliberante y sueña para Rincón de los Sauces un futuro enorme. En este sentido, sostuvo: “deseo para Rincón lo mejor, hay mucha gente que reniega, que acá tragas tierra, te embarras los pies cuando llueve, pero yo me quedo, porque acá no peligras que te roben y te maten por 10 pesos que podes llevar en el bolsillo”. Y continúo diciendo: “esperemos que Dios ilumine la mente de los políticos, para que hagan de Rincón un mejor lugar para todos, porque hoy vivimos nosotros pero mañana nuestros hijos estarán acá y esperemos que vivan mucho mejor”.