Alrededor de las 11 de la mañana los jinetes mostraron sus habilidades en la categoría a “pelo limpio”. Con un presentador en el palco, junto a un payador que animaba la fiesta, los competidores mostraron sus agallas al montar mañosos caballos que intentaban desprenderse de sus gauchos.
Alrededor de las 14 llegó el turno de los festejos del Día del Niño, quienes intentaron montar dos ponis de los cuales uno era verdaderamente indomable, levantándose en dos patas continuamente y no dejándose agarran para la doma. También hubo bolsa de caramelos y sorpresas para los pequeños.
En cuestión de comida, se vieron largas colas de gente esperando su turno para realizar el pedido. El menú compuesto por tiras de asado, chorizos y empanadas, sobrepasó lo previsto por los organizadores, debido a que antes de las 15, ya no había nada para almorzar.
Por último llegó el turno de la doma con montura, allí se vieron a varios jinetes revolear sus piernas por el aire y prendidos como garrapata aguantando los 14 segundos, que para muchos se hicieron eternos.
En declaraciones a El Periódico de Rincón, uno de los organizadores, Cristian Cerda, manifestó que “es una demostración de que se pueden hacer bien las cosas, esto es para las familias y hoy la gente ha demostrando que quiere ver espectáculos de calidad, sin tener el temor de peleas o cosas que empañen la fiesta”.
El festival campero terminó alrededor de las 18 y no hubo incidentes que lamentar.